miércoles, 1 de octubre de 2025

Nada. Carmen Laforet


                                                 

Nada es una novela que inauguró la carrera literaria de Carmen Laforet (1921-2004), ganando el Premio Nadal en su primera edición en 1945. Fue publicado por Ediciones Destino en la colección Ancora y Delfín con el número 27.

La historia sigue las vivencias de su joven protagonista, Andrea, mientras se enfrenta a una realidad cruel y opresiva, aunque no desiste en su empeño por ser quien quiere ser.

La trama comienza tan solo medio año después de que termine la Guerra Civil. Andrea, una joven, se traslada a Barcelona para estudiar Letras en la universidad. Debido a dificultades de última hora con los billetes, llega a la Ciudad Condal a medianoche en un tren diferente al que había anunciado y no es esperada por nadie. A pesar del viaje largo y cansado, la joven siente una profunda libertad, y la llegada a la ciudad, adorada en sus sueños por desconocida, le resulta una aventura agradable y excitante. Su equipaje consta de un maletón muy pesado, casi lleno de libros.

En la calle de Aribau, donde viven sus parientes, Andrea entra en el piso de su abuela, donde la ilusión por su nueva vida se ve rápidamente empañada por la suciedad, la tradición, la tensión, la violencia y el odio. El ambiente es hostil y la casa es sombría.

La casa alberga a varios parientes:
• La abuela: Una viejecita decrépita, pero de sonrisa dulce y bondadosa, que se queda aturdida por la llegada inesperada de Andrea.
• Angustias: Tía de Andrea, alta y autoritaria, que asume la tarea de "moldearla en la obediencia". Advierte a Andrea que la ciudad es un "infierno" y que debe ser como una fortaleza, negándole libertad para salir sin permiso.
• Juan: Tío de Andrea, un tipo descarnado, propenso a las muecas nerviosas y a la furia.
• Gloria: Esposa de Juan, flaca, joven y de cabellos rojizos, que es blanco constante de las discusiones familiares.
• Román: Otro tío, que vive en una buhardilla arreglada, y que es presentado como un hombre de cara agradable e inteligente, pero que disfruta generando malestar y manipulando a la familia.

El día a día de Andrea en la casa se vuelve una rutina de carestía y violencia cotidiana. Los conflictos entre Juan y Gloria son frecuentes y violentos, llegando a la agresión física. Andrea observa la mezquindad de sus parientes. Ella misma sufre de hambre crónica, ya que, después de un acuerdo con Juan, solo paga por su ración de pan y debe arreglárselas comiendo por su cuenta. A menudo gasta su poco dinero en caprichos o regalos, como rosas para la madre de su amiga, en detrimento de su propia comida.

En la universidad, Andrea encuentra un mundo esperanzador al conocer a Ena, una chica de la facultad. Ena, descrita como rubia, inteligente, maliciosa y sensual, se convierte en la amiga más cercana de Andrea. Ena se interesa por el tío de Andrea, Román, quien es un talentoso violinista y compositor. Ena, queriendo experimentar y humillar a Román (debido a su pasado con su madre), comienza a frecuentar su cuarto, lo que provoca una ruptura en su relación con su novio, Jaime.

La tía Angustias se marcha de la casa para entrar en un convento, un acto que ella considera un sacrificio de dignidad, pero que para Andrea significa una liberación de su autoridad.

Andrea se da cuenta de la complejidad y la maldad de Román, quien es capaz de inventar mentiras contra Gloria. Más tarde, la madre de Ena, Margarita, contacta a Andrea y le confiesa que ella misma estuvo obsesionada y humillada por Román en su juventud, pidiéndole ayuda para que Ena no caiga en la misma trampa.

Gloria, por su parte, le cuenta a Andrea que a menudo sale a casa de su hermana a jugar a las cartas para ganar dinero y poder comprar comida o cubrir gastos del hogar (debido a que Juan es un pintor frustrado cuyos cuadros solo vende a traperos). Gloria revela que fue ella quien denunció a Román en el pasado y que él se aprovechó de ella.

Ena, al visitar a Román por última vez en su cuarto, utiliza información obtenida de Jaime sobre los negocios sucios y el contrabando de Román para enfrentarlo y romper definitivamente su lazo, huyendo de su intento de manipulación.

La tragedia golpea la casa poco después, cuando Román se suicida en su cuarto, degollándose con una navaja de afeitar. Su muerte desata el dolor impúdico y enloquecedor de Juan, que lo consideraba "suyo". La criada, Antonia, también afligida, abandona la casa con el perro de Román, Trueno.
Finalmente, Andrea recibe una carta de Ena desde Madrid, donde su padre le ofrece un trabajo en su despacho para que pueda seguir estudiando la carrera en la capital.

Andrea se marcha de Barcelona al amanecer, en un largo automóvil negro, acompañada por el padre de Ena. Reflexiona que se va sin haber cumplido ninguno de sus deseos de plenitud, alegría o amor. La Andrea que se va es consciente de la profunda decepción que se transforma, en el momento de la despedida, en lo que ella define como la nada. El viaje de Andrea es interpretado como un viaje hacia la edad adulta, un doloroso trance de descubrimiento del mundo tal y como es.

La novela se estructura no solo alrededor de Andrea, sino también de las historias paralelas de las mujeres que la rodean, como Gloria, que debe quedarse en el "pozo de los sueños despedazados" y sigue esclavizada por el maltrato de Juan.

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