martes, 29 de mayo de 2012

El caballero de Olmedo. Lope de Vega

El caballero de Olmedo es una obra de Lope de Vega escrita seguramente en 1620 y basada, como otras del mismo autor, en una canción popular: Que de noche le mataron al Caballero, la gala de Medina, la flor de Olmedo.

Don Alonso, un noble caballero de Olmedo, va a la feria de Medina junto con su sirviente, Tello. Allí, ve a una hermosa dama, doña Inés, de la que se enamora. Contrata a una alcahueta, de nombre Fabia, a la que da una carta amorosa que esta, a su vez, entregará a doña Inés a cambio de un collar.
Fabia se dirige a la casa de Inés con la excusa de vender cosméticos, y la incita a leer unos papeles entre los cuales se encuentra la carta. Una vez que la ha leído, Fabia la convence para que la responda, pero en ese momento entra su prometido don Rodrigo, junto con su amigo don Fernando. Al encontrarse con Fabia se disgustan, pero Inés y su hermana, doña Leonor, los engañan diciendo que se trata de la anciana que limpia la ropa.
Más tarde, Inés responde a la carta de Alonso, y Fabia se la lleva. Al llegar, Alonso le dice a Tello que la lea primero, por miedo a posibles malas noticias. Tello la lee y se la devuelve. En esta se dice que Alonso debe ir a casa de Inés a recoger un listón verde de chinelas, listón que ésta dejará en la reja del jardín para que Alonso se lo ponga y pueda reconocerlo.
Cuando llega la noche, Alonso va junto con Tello a por el listón, y se encuentran con Rodrigo y Fernando, que estaban dando una vuelta por la casa de Inés y lo habían encontrado. Como no sabían de quién era, habían decidido partirlo por la mitad pero, al oír las voces de Alonso y Tello, se van. Por un momento, Inés ve a Rodrigo con el listón y piensa que Fabia le ha tendido una trampa para que se enamorara de su prometido. Esta llega, le explica lo ocurrido, y le confiesa que su verdadero amante es don Alonso, «el caballero de Olmedo».


Dos días más tarde, Alonso y Tello van hacia Medina. Tello le insinúa a Alonso la peligrosidad de este romance, puesto que Fabia la alcahueta está con su magia por medio. Alonso le contesta que el amor tiene que soportar cualquier tipo de peligro. Llegan a la casa, y Alonso e Inés empiezan a condescenderse.
Pronto llega don Pedro, padre de Inés, por lo que Alonso y Tello se ven en la obligación de esconderse. Don Pedro, sorprendido de ver a su hija despierta a altas horas de la mañana, le pregunta qué hace despierta a esas horas. Inés le miente, y responde que estaba rezando y que quiere ser monja, por lo que necesita que le haga cortar un hábito cuanto antes y que le busque una profesora de canto y un profesor que enseñe latín. Don Pedro no le niega la palabra de Dios y promete esforzarse en encontrarlos. Finalmente, deciden que Tello, que sería el que llevaría las cartas de amor a Inés, le enseñará latín, y que Fabia será su profesora de virtudes y costumbres.
Todo sale bien, pero al ser Inés una monja no puede acudir a la feria de Medina, a la que el mismo rey asistiría. Alonso, a pesar de tener una revelación en un sueño en el cual moría, sí que acude.

 Con la feria ya empezada, don Alonso destaca como gran jinete picador de toros. Don Rodrigo, incapaz de soportar todas las marrullerías que el público lanza a don Alonso, se ve en la obligación de meterse también en la feria. Alonso manda a Tello a casa de doña Inés para que le comunique que se prepare para hablar con él antes de que éste parta hacia Olmedo, ya que tiene que hacer saber a sus padres que no ha muerto. Mientras tanto, Rodrigo entra en faena, cae del caballo delante de un toro y Alonso le salva la vida. Rodrigo se enfurece aún más por deberle la vida al hombre del que tiene celos.
Antes de partir hacia Olmedo, don Alonso pasa por casa de Inés a hablar con ella. Después de hacerlo, Alonso ve una sombra y se asusta, pero no le da más importancia, por lo que prosigue su camino. Cuando ya estaba cerca de su casa se siente amenazado por un silbido, se prepara para el combate y decide averiguar quién silba la canción, pero se encuentra con que no es más que un labrador. A los pocos instantes de despedirse, ve acercarse a unos caballeros, a quienes distingue casi al momento: se trata de Rodrigo, Fernando y su criado Mendo. Alonso, al ver que son ellos se despreocupa, pensando que no le harán nada. Contra todo pronóstico, Mendo lo mata y los tres huyen hacia Medina.
Al cabo de un rato llega Tello, que se encuentra a Alonso en el suelo y lo ayuda a llegar ante sus padres. Mientras todo esto sucede, doña Inés le cuenta la verdad sobre don Alonso a su padre, y este accede a que se casen. Tello regresa a la casa y se encuentra con don Rodrigo y don Fernando, que tras la muerte de Alonso iban a pedir las manos de Inés y Leonor respectivamente. Rápidamente, le cuenta lo sucedido a Inés y al rey, que también se encuentra en la casa, y logra que haga ejecutar a ambos, dando fin a la obra.
 

domingo, 27 de mayo de 2012

La dama duende. Pedro Calderón de la Barca

La dama duende es una comedia escrita por el dramaturgo español Pedro Calderón de la Barca. Se considera compuesta y estrenada en el año 1629. Se publicó por primera vez en la Primera parte de comedias de don Pedro Calderón de la Barca, en 1636.
Recién llegado a Madrid Don Manuel con su criado Cosme, se encuentra a una mujer con el rostro cubierto. Esta le suplica que detenga a un caballero que viene siguiéndola, y así, entran en pelea Don Manuel y Don Luis. El cruce de aceros es sorprendido por Don Juan, hermano de Don Luis, que se precipita a intervenir, mas reconoce en Don Manuel a su amigo e invitado.
La misteriosa “tapada” es Doña Ángela, hermana de Don Luis y de Don Juan. Viuda a la que sus hermanos obligan a vivir recluida. Llega a tal su encierro, que para evitarle encuentros inesperados han cubierto con una alacena la única puerta que comunica su cuarto con el resto de la casa.
Todo el enredo de la comedia se centra en la puerta oculta por la alacena que Doña Ángela utiliza para pasar de su cuarto al de Don Manuel, dejarle recados y, en definitiva, seducirlo. Este entrar y salir secreto crea la ilusión de “La Dama Duende”.


sábado, 26 de mayo de 2012

El asesinato de Roger Ackroyd. Agatha Christie


El asesinato de Roger Ackroyd es una novela de la escritora británica Agatha Christie publicado en 1926 y fue la obra que lanzó a la autora al éxito.

En una pequeño y sosegado pueblo inglés, King's Abbott, una dama asesina a su marido y es víctima de extorsión hasta que ella, sin poder aguantar más, se suicida. El hombre a quien ella amaba, Roger Ackroyd, recibe una carta donde le revela el nombre del extorsionador, quien la llevó a tal fatídico desenlace. Pero antes incluso de conocer la identidad del personaje, Roger Ackroyd es asesinado. Poirot, recién retirado a King's Abbott, es llamado para tratar de resolver el oscuro caso.

La novela está escrita a modo de narración realizada por uno de los habitantes del pueblo, el Dr. Sheppard. El final de la novela está considerado como uno de los más sorprendentes e inesperados de toda la obra de Agatha Christie.

viernes, 25 de mayo de 2012

El vergonzoso en palacio. Tirso de Molina

El vergonzoso en palacio es una obra de teatro del dramaturgo español del siglo XVII Tirso de Molina. Es una comedia perteneciente al subgénero de la comedia palatina, propio del teatro barroco español. No hay unanimidad acerca del momento en que fue compuesta: algunos críticos, como Everett Hesse la creen de hacia 1606. Otros, como Blanca de los Ríos, la datan entre 1611 y 1612. Se publicó por primera vez en la obra miscelánea Los cigarrales de Toledo, publicada en Barcelona en 1624.

Mireno, un joven portugués hijo de un pequeño propietario ganadero, que siente la ambición de ascender socialmente, convencido de que su humilde origen no se corresponde con su altos pensamientos. Por ello, abandona la casa de su padre, Lauro, y marcha hacia la ciudad de Avero, junto con Tarso, uno de los criados de su padre. En el camino se encuentra con Ruy Lorenzo, secretario del duque de Avero, y su lacayo, Vasco. Ruy está huyendo de Avero, debido a que ha sido descubierto su ardid para asesinar al Conde de Estremoz, como venganza por haber este deshonrado a su hermana. Mireno y Tarso intercambian sus ropas con Ruy y Vasco para ayudarles en su huida. Al momento Mireno y Tarso son descubiertos por unos campesinos que buscaban a los huidos y, a causa de los vestidos, son apresados y conducidos al palacio del duque de Avero. Allí se resuelve la confusión, pero Mireno es igualmente encarcelado. Madalena, la hija del Duque y prometida del duque de Vasconcelos, empieza a enamorarse de Mireno. Mientras tanto, Antonio, conde de Penela, ha llegado al palacio, de camino hacia Castilla, con el objetivo de conocer a las hijas del Duque, Madalena y Serafina, cuya belleza es célebre en todo Portugal, y se ha enamorado de Serafina, prometida del Conde de Estremoz.

Madalena consigue que su padre deje en libertad a Mireno y su criado y, para retenerlo a su lado, le propone que pida al Duque el cargo de secretario que ha quedado vacante tras la huida de Ruy. Por su parte, Antonio, con el fin de quedarse en palacio cerca de Serafina sin desvelar su identidad, pide al Duque el mismo puesto de secretario, adelantándose a Mireno, y lo consigue. El Duque, para satisfacer la petición de Madalena, le concede que Mireno sea el secretario particular de ella, con el objetivo de que le enseñe a redactar cartas para su prometido el duque de Vasconcelos. Mireno empieza a darse cuenta de que Madalena le da muestras de amor, pero la conciencia de su baja posición social le impide reaccionar -y de aquí el título de la obra. Antonio, con la complicidad de Juana, aprovecha un ensayo que Serafina hace en el jardín de una comedia que quiere representar para alegrar a su hermana Madalena, que está melancólica, para esconderse tras unos matorrales, acompañado de un pintor al que encarga que haga un retrato de Serafina. En un juego metaliterario de teatro dentro del teatro, Serafina ensaya un papel masculino, vestida de varón, y así es como el pintor la retrata. El acto acaba con una conversación entre Madalena y Mireno, durante la cual ella tropieza y pide la mano de Mireno para sostenerse -este motivo es típico de la comedia barroca española y supone, por un lado, el contacto físico de los protagonistas y, por el otro, un valor simbólico de la caída de la dama respecto de la moral social de la época.


 Lauro, el padre de Mireno, cuenta a Ruy Lorenzo su historia: Lauro, cuyo verdadero nombre es don Pedro de Coímbra, era hermano del anterior rey de Portugal y, a la muerte de este, fue corregente del reino junto con la reina viuda, durante la minoría de edad del heredero. Una vez subido este al trono, las intrigas de un cortesano le hicieron caer en desgracia ante el rey, quien lo condenó a muerte. Logró escapar de su prisión y se refugió en el campo, disfrazado de pastor, junto con su hijo, a quien ocultó su verdadero origen. Mientras tanto, en el palacio, Mireno sigue sin atreverse a corresponder a las muestras de amor de Madalena, por vergüenza. Ella, tratando de incitarle, lo llama a su cámara y allí finge estar dormida. Creyendo Mireno que Madalena duerme, esta finge hablar en sueños y sostiene una conversación consigo misma en que interpreta el papel de Mireno hablando con ella, en que Mireno le confiesa su amor y ella lo recibe gustosa. A continuación simula despertar, pero cuando Mireno, animado por lo que ha oído, se decide a confesarle que él también la ama, ella lo rechaza diciéndole que los sueños son solo sueños. Por su parte, Antonio se ha decidido a confesar a Serafina su amor, pero ella lo rechaza airada. Él, despechado, se marcha tras lanzar al suelo el retrato que el pintor había hecho de Serafina vestida de varón. Ella lo recoge y, sin darse cuenta de que ella misma es la retratada, se enamora de ese que ella cree hombre. Serafina pregunta a Juana por el retrato y esta, aun sabiendo la verdad, para que no fuera descubierta su complicidad en la entrada furtiva de Antonio en el jardín, dice no saber nada y promete preguntarle a Antonio. Este vuelve a presencia de Serafina y miente diciendo que en realidad él no está enamorado de ella, sino que actúa como emisario del verdadero enamorado de Serafina, el caballero del retrato, llamado, según él, Don Dionís, caballero caído en desgracia -y añade una historia idéntica a de Mireno y Lauro, a pesar de no conocer esta. Serafina le pide que le facilite un encuentro con este supuesto caballero de quien se ha enamorado y Antonio le promete que lo llevará al jardín para que ella pueda hablarle desde el balcón. Mientras, Madalena ha vuelto a alentar las esperanzas de Mireno y le dicta una carta en que lo cita en el jardín esa noche. Antonio acude al jardín y, haciéndose pasar por el imaginario Don Dionís, habla con Serafina, que está asomada a su balcón, y acaba entrando en su aposento. Al poco llega Mireno y Madalena lo invita igualmente a entrar en su estancia. Mientras tanto, habiendo sabido Lauro que su hijo ha entrado como secretario en el palacio del duque de Avero, decide ir a la ciudad para ver a Mireno, acompañado por Ruy. Una vez en Avero, en las cercanías del palacio, Lauro y Ruy oyen un bando en que el Rey concede su perdón a don Pedro de Coimbra (la verdadera identidad de Lauro). Este se presenta ante el duque de Coimbra, quien lo acoge gozosamente. En ese momento sale a escena Madalena, quien para evitar la boda con el Duque de Vasconcelos confiesa que ha pasado la noche con su secretario. Su padre monta en cólera pero al oír el nombre de Mireno, Lauro/Don Pedro aclara que se trata de su hijo, por lo que, al ser ambos de sangre noble, el duque de Avero acepta que Madalena y Mireno/Don Dionís se casen. A su vez, Serafina declara que no es posible que su hermana haya estado con don Dionís, pues ella misma ha pasado la noche con él. Antonio confiesa que se trató de un engaño y que es él quien ha estado con ella. El duque de Avero ordena matarlo pero Juana anuncia que en realidad se trata del duque de Penela, por lo que el duque de Avero consiente el matrimonio. Así, la pieza acaba con un «final feliz» con matrimonio entre las parejas protagonistas.

jueves, 24 de mayo de 2012

El perro del hortelano. Lope de Vega

El perro del hortelano es una comedia palatina de Lope de Vega, publicada en la Oncena parte de las comedias de Lope de Vega Carpio en Madrid, en 1618 al cuidado personal del propio autor. Varios versos parodian y hacen burla de la "Soledad primera" de Góngora, que circulaba por Madrid entre mayo y junio de 1613. David Kossoff apunta hacia esta fecha de 1613 apoyándose también en ciertas vicisitudes de la vida de Lope como la muerte en 1612 de su hijo Carlos Félix y en agosto del año siguiente de la madre de éste que supuso un cambio de estado: antes de junio de 1614 recibió el sacerdocio en Toledo. Para Mauro Armiño estas últimas conclusiones de Kossoff parecen poco consistentes. Su título hace alusión al refrán «El perro del hortelano no come ni deja comer». La acción está pespunteada por un conjunto de sonetos que recapitulan y sintetizan la evolución de los caracteres dramáticos.
Se trata de una comedia de enredo, que cuenta los turbulentos amores entre una dama, Diana, condesa de Belflor, y un secretario, Teodoro, un guapo joven de condición social más desfavorecida, pero que hace gala de ingenio, en su oficio de escritor. Finalmente la pareja puede unirse en feliz matrimonio a pesar de que, ante el público, la anagnórisis por la que se descubre un origen noble para Teodoro, muy fabuloso, quede en tela de juicio. Las apariencias son salvadas gracias a un engaño para que triunfe la unión de dos personas en principio separadas por su distinta posición social.



   
Versión de Gustavo Funes

miércoles, 23 de mayo de 2012

El burlador de Sevilla. Tirso de Molina

El burlador de Sevilla y convidado de piedra es una obra de teatro que por primera vez recoge el mito de Don Juan Tenorio, sin duda, el personaje más universal del teatro español. De autoría discutida, se atribuye tradicionalmente a Tirso de Molina y se conserva en una publicación de 1630, aunque tiene como precedente la versión conocida como Tan largo me lo fiais representada en Córdoba en 1617 por la compañía de Jerónimo Sánchez. Alfredo Rodríguez López-Vázquez señala al dramaturgo Andrés de Claramonte como autor de la obra en función de pruebas de carácter métrico, estilístico e histórico. Sin embargo, tanto Luis Vázquez como José María Ruano de la Haza la dan sin dudar como obra de Tirso y otros críticos concluyen que tanto El burlador como el Tan largo me lo fiais descienden de un arquetipo común del Burlador de Sevilla escrito por Tirso entre 1612 y 1625.

Un joven noble español llamado Don Juan Tenorio seduce en Nápoles a la duquesa Isabela haciéndose pasar por su novio, el duque Octavio, lo que ella descubre al querer alumbrarle con el farol. Tras esto, en la huida va a parar a la habitación del Rey, quien encarga al guardia Don Pedro Tenorio (pariente del protagonista) que atrape al hombre que ha deshonrado a la joven. Al entrar Don Pedro en la habitación y descubrir que el burlador es su sobrino, decide escucharle y ayudarle a escapar, alegando más tarde que no pudo alcanzarlo debido a su agilidad al saltar desde la habitación a los jardines.
Tras esto, Don Juan viaja a España y naufraga en la costa de Tarragona; Catalinón (su criado) consigue llevarlo hasta la orilla, donde les aguarda la pescadora Tisbea, que ha oído su grito de socorro. Tisbea manda a Catalinón a buscar a los pescadores a un lugar no muy lejano y en el tiempo que están ellos solos Don Juan la seduce y esa misma noche la goza en su cabaña, de la que más tarde huirá con las dos yeguas que Tisbea había criado.
Cuando Don Juan y Catalinón regresan a Sevilla, el escándalo de Nápoles llega a oídos del rey Alfonso XI, quien busca solucionarlo comprometiéndolo con Isabela (el padre de Don Juan trabaja para el rey). Mientras, Don Juan se encuentra con su conocido, el Marqués de la Mota, el cual le habla sobre su amada, doña Ana de Ulloa, tras hablar de burlas, “ranas” y mujeres en todos los aspectos; y como el Marqués de la Mota dice de Ana que es la más bella sevillana llegada desde Lisboa, Don Juan tiene la imperiosa necesidad de gozarla y, afortunadamente para él, recibe la carta destinada al Marqués, al que luego informará de la cita pero con un retraso de una hora para así él gozar a Ana. Por la noticia de la carta de Ana de Ulloa, Mota le ofrece una burla a Don Juan, para lo cual éste ha de llevar la capa del Marqués, que se la presta sin saber que la burla no iba a ser la estipulada, sino la deshonra de Ana al estilo de la de Isabela.
Don Juan consigue engañar a la dama, pero es descubierto por el padre de esta, Don Gonzalo de Ulloa, con quien se enfrenta en un combate en el que Don Gonzalo muere. Entonces Don Juan huye en dirección a Lebrija.
Mientras se encuentra lejos de Sevilla, lleva a cabo otra burla, interponiéndose en el matrimonio de dos plebeyos, Aminta y Batricio, a los que engaña hábilmente: en la noche de bodas, Don Juan llega a parecer interesado en un casamiento con Aminta, quien lo cree y se deja poseer.
Don Juan vuelve a Sevilla, donde se topa con la tumba de Don Gonzalo y se burla del difunto, invitándole a cenar. Sin embargo, la estatua de éste llega a la cita ("el convidado de piedra") cuando realmente nadie esperaba que un muerto fuera a hacer cosa semejante. Luego, el mismo Don Gonzalo convida a Don Juan y a su lacayo Catalinón a cenar a su capilla, y Don Juan acepta la invitación acudiendo al día siguiente. Allí, la estatua de Don Gonzalo de Ulloa se venga arrastrándolo a los infiernos sin darle tiempo para el perdón de los pecados de su “Tan largo me lo fiais”, famosa frase del Burlador que significa que la muerte y el castigo de Dios están muy lejanos y que por el momento no le preocupa la salvación de su alma.
Tras esto se recupera la honra de todas aquellas mujeres que habían sido deshonradas, y puesto que no hay causa de deshonra, todas ellas pueden casarse con sus pretendientes.



 Versión de TVE (1976)

martes, 22 de mayo de 2012

La Celestina. Fernando de Rojas

La Celestina es el nombre con el que se conoce desde el siglo XVI a la obra titulada primero Comedia de Calisto y Melibea y después Tragicomedia de Calisto y Melibea, atribuida casi en su totalidad al bachiller Fernando de Rojas. Es una obra del Prerrenacimiento escrita durante el reinado de los Reyes Católicos; su primera edición conocida es de 1499, en Burgos. Constituye una de las bases sobre las que se cimentó el nacimiento de la novela y el teatro realista modernos y ejerció una influencia poderosa, aunque soterrada, sobre la literatura española.

La obra comienza cuando Calisto ve casualmente a Melibea en el huerto de su casa, donde ha entrado a buscar un halcón suyo, pidiéndole su amor. Esta lo rechaza, pero ya es tarde, ha caído violentamente enamorado de Melibea.
Por consejo de su criado Sempronio, Calisto recurre a una vieja prostituta y ahora alcahueta profesional llamada Celestina quien, haciéndose pasar por vendedora de artículos diversos, puede entrar en las casas y de esa manera puede actuar de casamentera o concertar citas de amantes; Celestina también regenta un prostíbulo con dos pupilas, Areúsa y Elicia.
El otro criado de Calisto, Pármeno, cuya madre fue maestra de Celestina, intenta disuadirlo, pero termina despreciado por su señor, al que sólo le importa satisfacer sus deseos, y se une a Sempronio y Celestina para explotar la pasión de Calisto y repartirse los regalos y recompensas que produzca.
Mediante sus habilidades dialécticas y la promesa de conseguir el favor de alguna de sus pupilas, Celestina se atrae la voluntad de Pármeno; y mediante la magia de un conjuro a Plutón, unido a sus habilidades dialécticas, logra asimismo que Melibea se enamore de Calisto. Como premio Celestina recibe una cadena de oro, que será objeto de discordia, pues la codicia la lleva a negarse a compartirla con los criados de Calisto; éstos terminan asesinándola, por lo cual se van presos y son ajusticiados.
Las prostitutas Elicia y Areúsa, que han perdido a Celestina y a sus amantes, traman que el fanfarrón Centurio asesine a Calisto, pero este en realidad solo armará un alboroto. Mientras, Calisto y Melibea gozan de su amor, pero al oír la agitación en la calle y creyendo que sus criados están en peligro, Calisto salta el muro de la casa de su amada, cae y muere. Desesperada Melibea, se suicida y la obra termina con el llanto de Pleberio, padre de Melibea, quien lamenta la muerte de su hija.



lunes, 21 de mayo de 2012

El alcalde de Zalamea. Pedro Calderón de la Barca

El alcalde de Zalamea es una obra dramática de Calderón de la Barca (16001681), escrita presumiblemente en 1636. Es una de las obras más conocidas y representadas del Siglo de Oro de la literatura española. Se encuadra dentro de la literatura barroca y se clasifica como un drama de honor. Trata de contraponer, al reflejo de las preocupaciones de la Edad Moderna, el individuo al poder político. También se enfrenta el honor estamental a la virtud personal y por último, sociológicamente personifica el equilibrio de poder en el municipio moderno.
 La obra narra el drama vivido en la localidad extremeña de Zalamea de la Serena al pasar las tropas españolas con motivo de la guerra de Portugal. El capitán Don Álvaro de Ataide, personaje de extracción nobiliaria es alojado en la casa del labrador rico de la localidad, Pedro Crespo, a cuya hermosa hija Isabel secuestra y ultraja. Cuando Pedro Crespo intenta remediar la situación, ofrece bienes a Don Álvaro para que se case con Isabel, a la que rechaza Don Álvaro por ser villana, es decir de clase inferior. Este desprecio afrenta definitivamente el honor de toda la familia de Pedro Crespo. En pleno trauma familiar, es elegido alcalde de Zalamea y siguiendo una querella cursada a la justicia por la ultrajada Isabel, aún sin poseer jurisdicción sobre el militar, Pedro Crespo prende, juzga y hace ajusticiar a Don Álvaro dándole garrote. La trama se resuelve, cuando el Rey Don Felipe II, revisa la decisión del alcalde, la ratifica y premia su decisión nombrando a Pedro Crespo alcalde perpetuo de Zalamea.

 Teatro de siempre (TVE, 1967)

domingo, 20 de mayo de 2012

No puede ser el guardar a una mujer. Agustín Moreto


No puede ser el guardar una mujer es una comedia brillante, de ritmo vertiginoso y gran
destreza teatral. Su hilo argumental, ágil, conciso y directo, su elaborada estructura, el
equilibrio y la coherencia de sus actos, y la construcción de sus personajes que, sin ser
complejos, gozan de un magistral desarrollo, la convierten en una de las mejores piezas de
Moreto.
Cabe destacar, entre sus muchas virtudes, la importancia de sus protagonistas femeninos,
nada que ver con esas damas presuntuosas y casi ridículas que pueblan los textos barrocos
en los que se satiriza la pretensión de la mujer de saber tanto o más que el hombre y su deseo
de rebelarse contra la condición de ser marginado por una sociedad machista. Lejos de todo
esto, se trata de unos personajes femeninos transgresores, llenos de fuerza y cargados de
razón que aúnan la pasión y la condición intelectual dando cuerpo y voz al ideal moretiano
frente a la terquedad, el engreimiento, la necedad y el machismo.
Doña Ana y doña Inés se enfrentan, cada una con sus armas, al ataque contra la dignidad
femenina propugnado por don Pedro (prometido de la primera y hermano y custodio de la
segunda), y lo hacen defendiendo el derecho de la mujer a decidir y actuar según sus
principios, según su propia voluntad. Así pues, si la dicotomía entre razón y necedad vertebra
el texto (así como gran parte de la producción moretiana) también lo hace la defensa a
ultranza del libre albedrío en la mujer.


miércoles, 16 de mayo de 2012

Cyrano de Bergerac. Edmond Rostand

Cyrano de Bergerac es un drama heroico en cinco actos y en verso del poeta y dramaturgo francés Edmond Rostand, estrenado en el teatro de la Porte-Saint-Martin, el 27 de diciembre de 1897. Está basado en la vida de Cyrano de Bergerac. La obra fue un gran éxito tras su estreno y ha sido llevada al cine en varias ocasiones.
Cyrano de Bergerac es un soldado poeta, orgulloso y sentimental, pero su mayor defecto es poseer una gran nariz hasta lo ridículo. Está enamorado de una mujer hermosa, su prima Roxana (Roxane en francés), pero dada su propia fealdad, no espera nada de ese amor. Roxana, por su parte, está enamorada de Cristián (Christian de Neuvilette), otro soldado. A diferencia de Cyrano, Cristián es guapo, pero no es elocuente. Cyrano pacta con Cristián escribirle las cartas de amor a Roxana, pues de esta forma logrará al menos expresarle a su amada sus sentimientos. Roxana, cada vez más impresionada del espíritu de su amor, confiesa a Cristián conmovida, que si bien el amor hacia él comenzó por el atractivo físico, ahora era su alma lo que ella amaba. Esto resulta demoledor para Cristián y euforizante para Cyrano.ya que ella menciona que le gustaría aunque fuese feo. Pero Cristián muere en la guerra, y aunque le pide a Cyrano que le cuente la verdad a Roxana, éste no lo hace y nadie se lo explicará. Años después de la muerte de Cristián, Cyrano, gran compañero de Roxana, la va a visitar todos los días exactamente a las 6 de la tarde. Ella viste todos los días de luto, teniendo la última carta que "escribió" Cristián en el pecho. Pero un mal día Cyrano se retrasa, pues al pasar caminando le cae un gran trozo de madera rompiéndole el cráneo. Le indican que no se puede mover de la cama, pero Cyrano no hace caso; llega adonde Roxana, se disculpa por el retraso (disimulando su herida de la cabeza con el sombrero) y le cuenta las noticias. Roxana le pide que le lea la última carta de Cristián. Cyrano acepta y la lee, pero Roxana se da cuenta que es de noche, y de golpe se entera de la verdad, aunque Cyrano la niega. Cyrano, sin aceptarla, se despide de ella y al volver a su casa, muere.

 

Versión de la Royal Shakespeare Company, dirigida por Terry Hands, con Derek Jacobi como Cyrano y con traducción de Anthony Burgess (1985)

martes, 15 de mayo de 2012

Los locos de Valencia. Lope de Vega

Los locos de Valencia es una comedia de Lope de Vega Carpio, incluída en la parte XIII (impresa en Madrid en 1620) de su Colección y que figura en el tomo 24, página 113 de la Colección Rivadeneyra.

Floriano, caballero zaragozano, cree haber dado muerte, en desafío, al príncipe Reinero, hijo del rey, y huyendo de la justicia llega a Valencia, pidiendo amparo a su amigo Valerio, a quien cuenta sus desdichas. Valerio le aconseja que se finja loco y se deje encerrar en el hospital dedicado a ellos.
La joven Erisila llega a Valencia, acompañada de Leonato, criado de su padre, de cuya casa huye para no casarse contra su gusto. Leonato, que le había fingido amores, al ver que no podía conseguirla y ante el temor de la venganza de su amo, le roba las alhajas y la deja casi desnuda cerca del hospital de locos, donde la conducen creyéndola demente, al ver el estado en que se encuentra y los extremos de desesperación que hace. Dentro del hospital, Erisila y Floriano, creyéndose locos, se enamoran el uno del otro. también se enamora de Floriano Fedra, sobrina del administrador y aunque el galán no le corresponde, una conversación entre ambos sorprendida por Erisila hace creer a ésta que aquéllos se aman y provoca una escena de celos, con extremos de locura. Una vez solos Floriano y Erisila se reconcilian, contándose los motivos de encontrarse encerrados en aquel lugar.
Llega un mensajero de Aragón, primo del portero del hospital, portador de un retrato de Floriano, con el encargo de prenderle. Floriano se tizna el rostro para no ser reconocido, mientras Fedra y Laida, su doncella, también se fingen locas por amor a Floriano. la sobrina del administrador se muestra tan enamorada del joven, que llega a enfermar. para salvarla de la muerte, por consejo del médico, simulan su casamiento con Floriano y al enterarse de ello, Erisila, creyendo para siempre perdido su amor, declara, en un arranque de celos, que Floriano mató a Reinero. Cuando van a prenderle, un caballero desconocido que visita en aquel momento el hospital proclama su inocencia, pues él es el príncipe Reinero, que aprovechando la muerte de uno de sus criados que llevaba varias prendas suyas, hizo desaparecer el cadáver y propaló la noticia de su propia muerte por ver si conseguía ablandar el corazón de una ingrata.
Floriano relata el motivo de fingirse loco y la causa por que creyeran la locura de Erisila y el príncipe, después de ordenar que se casen los dos amantes, promete llevarse a Floriano en su compañía. Valerio, que en sus visitas al hospital se ha enamorado de Fedra, le ofrece su mano, que es aceptada.

 Versión de la Compañía Nacional de Teatro Clásico (1986)

 Versión del Centre Teatral de la Generalitat Valenciana (2011)

sábado, 12 de mayo de 2012

Peribáñez y el comendador de Ocaña. Lope de Vega

Peribáñez y el Comendador de Ocaña es una obra de teatro del dramaturgo español del siglo XVII Lope de Vega. La pieza se publicó por primera vez en 1614, dentro de la Cuarta Parte de las comedias de Lope de Vega. Suele ser clasificado en el grupo de los dramas históricos de la producción lopesca.

La obra comienza el día de la boda de Peribáñez, un rico labrador de Ocaña, con Casilda. Durante las fiestas el Comendador de la Orden de Santiago queda sin sentido al ser derribado por un novillo al que intenta alancear y, al volver en sí en casa de los recién casados, se enamora perdidamente de la novia. Para conseguir el amor de ésta, Leonardo, criado del Comendador, se finge a su vez enamorado de Inés, prima de Casilda; y Luján, otro criado, entra al servicio de Peribáñez como segador.

El Comendador sigue al matrimonio a Toledo y allí encarga un retrato de Casilda sin que ésta lo sepa. De regreso a Ocaña, y a aprovechando otro viaje de Peribáñez a Toledo para preparar la imagen del patrono de Ocaña, el Comendador, disfrazado de segador, requiere de amores a Casilda de noche, pero ella lo rechaza. Mientras, en Toledo, Peribáñez descubre el retrato de Casilda y, aunque las informaciones del pintor y unas canciones que oye por el camino le confirman la honestidad de su esposa, regresa a Ocaña preocupado, pues comprende cuáles son las pretensiones del Comendador, don Fadrique.

Este nombra a Peribáñez capitán de una compañía que ha de partir a la guerra de Granada. Pretende así alejarlo de Ocaña, pero para ello se ve obligado a nombrarlo caballero. Tras la primera jornada Peribáñez regresa de noche a su pueblo muy preocupado y descubre que el Comendador, con la ayuda de Inés y Luján, ha entrado en su casa. Entonces lo mata con la misma espada que aquél le había dado al investirlo caballero e hiere de muerte a los dos criados.

Enrique III ofrece un premio a quien entregue a Peribáñez, pero es éste mismo quien se ofrece a la justicia real acompañado de Casilda para que sea ella quien reciba la recompensa. Narra el rey la verdad de lo ocurrido y entonces éste lo perdona y confirma en su puesto.



jueves, 10 de mayo de 2012

El jardín de los cerezos. Antón Chéjov

El jardín de los cerezos (en ruso: Вишнëвый сад, Vishniovïy sad) es una obra de teatro escrita por Antón Chéjov en 1904.
El jardín de los cerezos es la última de las piezas principales de Chéjov (las otras son La gaviota, Tío Vania y Las tres hermanas). Se trata de una comedia escrita en cuatro actos, ambientada en el declive económico de la aristocracia rusa a finales del siglo XIX. Durante este periodo, los hijos de los que habían sido sus esclavos se enriquecían y tenía lugar una inversión de papeles que ponía en entredicho el modus vivendi de las clases adineradas tradicionales.
El jardín de los cerezos es una obra de teatro que cuenta la historia de una familia de origen ruso que se ve en problemas financieros y económicos; sin embargo no se preocupa por mejorar o recuperar lo que está casi a punto de perder (el jardín de los cerezos). Lopajin propone salvar a la hacienda de la hipoteca convirtiéndola en un centro vacacional, lo que haría desaparecer el patrimonio y la hermosa casa de la familia. En la obra Chéjov mostró que las personas no viven grandes tragedias, ni discuten temas universales o tienen grandes romances, sino que los personajes transcurren por situaciones aparentemente vulgares, lo que esconde la trama de problemas que en realidad viven.



miércoles, 9 de mayo de 2012

Ondina. Jean Giraudoux

 Waterhouse: La belle dama sans merci

Ondina (Ondine en su título original) es una obra de teatro escrita por Jean Giraudoux y estrenada en 1939.

El texto examina las dificultades de aquellos que, viviendo con honestidad e ingenuamente, se enfrentan con la hipocresía y la envidia del ser humano. Ondina era un espíritu del agua que, fascinada por el mundo de los mortales, vive junto a dos pescadores, como si fuese su hija. Un día, un caballero, Hans, pide hospitalidad a la pareja y se encuentra con Ondina. Ambos se enamoran, aunque él estaba prometido a Bertha.
Hans es informado de la verdadera naturaleza de Ondina, un ser encantado capaz de manejar los elementos y de leer los pensamientos de la gente. Aun así decide casarse con ella. Después de escuchar acerca de sus intenciones, el rey de las criaturas del lago advierte a Ondina sobre la dificultad de una relación entre dos seres tan diferentes y la obliga a un pacto: si Hans la traiciona, morirá y Ondine lo olvidará. Ondina, segura de su amor, acepta.

Ondina después de tres meses de luna de miel, es presentada en la corte, donde el Chambelán intenta educarla en los usos y costumbres de los seres humanos. Pero su espíritu es demasiado ingenuo y sincero para acostumbrarse a las formas de actuar de la corte. Su frescura encandila al Chambelán y Bertram, un cortesano, lo que molesta mucho a Hans.
Mientras tanto, Ondine conoce a Bertha, la antigua novia de Hans. Bertha es celosa y orgullosa y pretende recuperar a Hans. Asustada por el hecho de que Hans podría traicionarla y luego morir, Ondina relata a la reina Yseult la naturaleza del pacto que firmó con el rey del lago y le confiesa su intención de invitar a Bertha a vivir con ella y Hans, con la esperanza ingenua de que, teniéndola cerca, Bertha ya no habitará en los pensamientos del caballero. La reina, consciente de la naturaleza del hombre, aconseja a Ondina que no actúe en tal manera, quedando en cualquier caso impresionada por su generosidad. Bertha, orgullosa, no acepta la propuesta de Ondine y, en venganza, habla de la verdadera naturaleza de Ondine, burlándose de su "diferencia".
El rey de la laguna, disfrazado de mago, pone de manifiesto, durante una actuación en la corte, la verdad sobre el origen de Bertha, que no es noble, sino la hija de los mismos pescadores que habían acogido a Ondine. Ofendida, Bertha reniega de sus padres, pero precisamente a causa de su comportamiento y sus mentiras, es alejada de la Corte. Ondina, de nuevo, la invita a vivir con ella y Hans en su castillo. Esta vez, Bertha acepta.

El tercer acto se abre mostrando un cambio profundo. Se está preparando la boda entre Hans y Bertha; Ondina ha desaparecido hace seis meses. Se rumorea que se ha escapado con Bertram y el caballero se muestra decepcionado por el comportamiento de ella.
De repente, viene la noticia de que Ondina fue detenida y que se prepara el juicio. Hans, ante los tribunales, declara que se ha olvidado de ese ser "no humano", aunque no logra ocultar sus celos. El rey de la laguna, una vez más disfrazado de ciudadano, interroga a Bertram y Ondine y la verdad sale a la luz. Ondine había escenificado su fuga con Bertram, porque, temiendo un acercamiento entre Bertha y Hans, de consumarse, él moriría por la traición.
De esta manera, fingiendo haber traicionado ella en primer lugar, esperaba salvar la vida de su amado. Cuando el engaño es descubierto, Hans se da cuenta de lo fuerte que es el amor que siente Ondina y se arrepiente de su actitud. Ondina suplica al rey del lago por la vida de Hans, pero el rey dice que no puede hacer nada para ayudarla.
Hans muere y Ondina, debe partir a su Reino y olvidar al Caballero, tal y como se había pactado. Cuando marcha, Ondina exclama mirando el cadáver: "¡Qué lástima! Podría haberlo amado".

Versión de la Comédie Française, 1974. Con Isabelle Adjani y François Chaumette

martes, 8 de mayo de 2012

La fierecilla domada. William Shakespeare


La fierecilla domada, también conocida como La doma de la bravía o La doma de la furia (en inglés, The Taming of the Shrew) es una de las obras más populares de William Shakespeare tanto dentro como fuera de su país, como lo demuestra, por ejemplo, el hecho de que sea la quinta obra que más veces ha sido traducida al español de entre las treinta y siete que se conservan de su autor, únicamente precedida por Romeo y Julieta, Hamlet, Macbeth y El rey Lear, y por delante de obras de la altura y la popularidad de El sueño de una noche de verano, Julio César o incluso Otelo. Fue escrita entre 1590 y 1591.

Lucencio, joven de Pisa, llega a Padua acompañado por sus dos criados Tranio y Biondello para ampliar estudios, cuando oye cierto alboroto que se producía en casa de Bautista, donde Catalina está increpando a su hermana Blanca y a sus pretendientes Gremio y Hortensio. El joven Lucencio al ver a Blanca, se enamora perdidamente de ella.
Bautista informa a los pretendientes de Blanca de que ésta no saldrá y no podrá ser cortejada hasta que alguien se despose con la terrible Catalina, pero que agradecería que le buscasen maestros que continuaran la formación intelectual de sus hijas. Lucencio, que ha visto escondido la escena, planea cortejar a Blanca haciéndose pasar por profesor de latín y para ello está dispuesto a que su criado Tranio ocupe su persona y le presente a Bautista como reconocido profesor de dicha lengua.
Por otro lado, Hortensio recibe la inesperada visita de su amigo Petruchio acompañado de su criado Grumio. Petruchio es un caradura fanfarrón que hace poco heredó las posesiones de su padre Antonio y ha viajado a Padua en busca de una esposa con fortuna. Ante tal situación Hortensio decide comentarle su dilema e intenta convencerlo de que se case con Catalina, algo a lo que se muestra dispuesto si ésta es una mujer rica. A cambio Hortensio le pide a Petruchio que le presente a Bautista como un profesor de música (para lo cual se disfrazará) y así poder hacer la corte a Blanca.
Al día siguiente se presentan en casa de Bautista el falso Lucencio (que no es más que el criado Tranio) con un profesor de latín (el verdadero Lucencio) y Petruchio con un profesor de música (Hortensio disfrazado). El falso Lucencio anuncia su interés por desposar a Blanca y Petruchio el suyo por Catalina ante el asombro general.
El encuentro entre Petruchio y Catalina es un desastre, ella se muestra muy arisca y él reacciona con gran ironía. Al final Petruchio anuncia su boda para dentro de una semana y abandona Padua por motivos personales.
El día de la boda Petruchio llega tarde, mal vestido y borracho pero consigue casarse con ella de forma un tanto inusual. Aludiendo motivos personales abandona Padua antes del banquete llevándose a su nueva esposa consigo.
Catalina llega a su nueva casa agotada del viaje mientras Petruchio la sigue tratando con muchísima ironía. Cualquier excusa es buena para no dejar comer ni dormir a Catalina y así "domarle" el carácter.
Así llega el día que deben volver a Padua pues se ha anunciado la inminente boda de Blanca con el falso Lucencio (Tranio). De camino a Padua y tras un episodio irónico con la elaboración de un traje para Catalina, se cruzan con un viejecito con el que Petruchio vuelve a montar otro de sus números para ver la reacción de su "brava" mujer. El anciano resulta ser Vincencio, padre de Lucencio, que va de Pisa a Padua para tener noticias de su hijo. Pero en Padua le espera una situación anómala. Su criado Tranio, se hace pasar por su hijo Lucencio y un pedagogo se está haciendo pasar por el mismísimo Vincencio y todo ello para que el verdadero Lucencio pueda cortejar a Blanca.
Cuando el verdadero Vincencio llega a Padua acompañado de Petruchio y Catalina, se prende la mecha de la confusión y el lío ante tanto cambio de identidades y tras algunos apuros todo se soluciona cuando el verdadero Lucencio cuenta toda la verdad del asunto y anuncia además, que se ha casado en secreto con Blanca. Todos se alegran y van al banquete donde Lucencio, Hortensio (ahora casado con una viuda tras abandonar su idea de seguir cortejando a Blanca) y Petruchio apuestan 100 coronas para ver quien tiene la mujer más obediente de todas. Dicha apuesta la gana Petruchio al quedar demostrada la obediencia de Catalina que ya no es la bravía que todos creían.




Versión de la BBC (Jonathan Miller, 1980)

lunes, 7 de mayo de 2012

Los dos hidalgos de Verona. Wiliam Shakespeare

Los dos hidalgos de Verona es una comedia de William Shakespeare, y una de las primeras obras que escribió. Uno de los personajes más cómicos de Shakespeare, el siervo Launce con su perro Crab, aparece en está obra.

La fecha exacta de composición de la obra no es conocida, pero se cree que fue una de las primeras obras de Shakespeare. Los expertos piensan que se escribió alrededor del año 1590, a pesar de que la primera evidencia de su existencia se encuentra en una lista de obras escrita por Francis Meres, la cual fue publicada en 1598. Los dos hidalgos de Verona no se imprimió hasta 1623, cuando apareció en el First Folio de las obras de Shakespeare.
No hay ningún registro de una representación durante la vida de Shakespeare, ni hasta la prohibición de teatros en 1642. La representación más temprana que se conoce ocurrió en el teatro de Drury Lane en 1762, en la que se aumentaron los papeles de Launce y su perro. El texto puro de Shakespeare se presentó en el Royal Opera House en 1784. Frederic Reynolds montó una versión operística en 1821.
La obra se ha producido de vez en cuando, pero con poco éxito en el mundo anglófono. Se ha mostrado más popular en la europa continental.

Los dos hidalgos del título son Valentino y Proteus, dos buenos amigos. Valentino sale de Verona para visitar Milán para madurar. Deja a su mejor amigo, Proteus, pero no sin reprender a su amigo por haberse aplicado más en los asuntos del amor que en los de la mente. Por casualidad, el padre de Proteus se pone de acuerdo con Valentino y pronto manda a Proteus a Milán. Después de una despedida tierna con su amada, Julia, Proteus encuentra a un Valentino enamorado de Silvia, la hija del duque de Milán. Desafortunadamente, Proteus también se enamora de Silvia y hace todo lo posible para poder casarse con ella. Mientras que Proteus está en Milán, Julia se propone encontrarse con su enamorado y viaja a Milán disfrazada de muchacho. Ahí descubre la traición de Proteus y se hace pasar por su paje hasta que piense en un plan para actuar.
La obra concluye con una confrontación intensa en el bosque, donde Proteus intenta violar y raptar a Silvia. Valentino la salva, pero después la cede a Proteus para preservar su amistad. Julia se desmaya, revelando su identidad. Proteus se acuerda de su amor hacia Julia y vuelve con ella.
En la trama cómica, Launce encuentra el amor, pero se queja al público de los atributos de su amada, cuyos defectos "son más que sus pelos."




Versión de la BBC (Don Taylor, 1983)