lunes, 9 de diciembre de 2013

Huasipungo. Jorge Icaza


Huasipungo es una novela del escritor ecuatoriano Jorge Icaza Coronel (1906-1978) publicada en 1934. La historia transcurre en Ecuador en la primera mitad del siglo XX, siendo sus personajes principales los indios de los huasipungos. Huasipungos son los ranchos, propiedad de los patrones, en los que habitan estas personas. Es una de las obras más representativas de la literatura indigenista, movimiento que precedió al realismo mágico y que enfatizaba un realismo brutal.

Alfonso Pereira es dueño de una hacienda en huasipungo a la cual no iba, pues prefería vivir en la ciudad con su esposa e hija y tener una vida hasta cierto punto cómoda. Hasta que un día, como debía una gran cantidad de dinero a mucha gente, entre ellos su tío Julio Pereira, éste le propone un negocio: irse a la hacienda, trabajar la tierra, organizar todo para la explotación de petróleo, propuesta de un conocido de su tío, un gringo, Mr. Chappy, quien intuía que en la tierra de Alfonso había petróleo. Alfonso tuvo que aceptar el negocio para así saldar las deudas de dinero y salvar el honor de su familia.
Al llegar a la hacienda, Alfonso por las presiones de su tío comienza a maltratar a los indios; los explota, los esclaviza, los deja sin alimento y los despoja de los huasipungos sin tener ninguna compasión. Además engaña a todo el pueblo creyendo que él va a traer el progreso a Cuchitambo, cuando en realidad solo realiza una carretera para sus propios fines.
Los hechos en la novela son narrados a través de diferentes puntos de vista.
Los terratenientes, los jefes políticos y el cura mandan en este pequeño caserío, que pone toda su fe en la religión y todo su amor a su trabajo, aunque toque sacrificar su propia vida y la de su familia con tal de que su Dios estuviera feliz. Ellos ponen todo de su parte para cumplir los deseos de su amo, el cual más adelante los traiciona; el señor Alfonsito, como lo llamaban ellos, les mandó construir una carretera para comunicarse con la civilización y poder hacer comercio más adelante. El proyecto comenzó a tomar forma, pero el terrateniente estaba desesperado por terminar esta obra rápidamente para lo cual usa una técnica de construcción que comenzará a cobrar vidas indígenas, por lo cual tiene que entretener al pueblo con aguardiente y peleas de gallos. Ya finalizada la obra, el terrateniente viaja a Quito, pero su tío lo manda a que adelante el proyecto de los estadounidenses a los que venderán el terreno. Las hambrunas en el pueblo comienzan a cobrar vidas y todos los indígenas están desesperados, llegando hasta el punto de tener que robar a los demás para poder subsistir.
Las condiciones en que viven los indios son deplorables e inhumanas. El tiempo pasa en esta población y el cura explota a los indios cada vez más, ya que controla los autobuses para comunicarse con los pueblos vecinos, cobrando grandes sumas de dinero por el transporte de mercancía o de indios. El cura y el terrateniente son una sola voz, lo que ellos dicen es sagrado y ha de ser respetado. Ya en las últimas, cuando el pueblo pierde toda esperanza, empiezan a correr los rumores de que por fin van a llegar los estadounidenses que los salvarán. Los indios se preparan con banderas, barren sus calles y se asean un poco para recibir a los que serán su salvación, pero apenas empiezan a pasar los coches de los estadounidenses, se dan cuenta de que éstos por el contrario acabarán con ellos. Estos personajes se reúnen con Alfonso para hacerles entrega del territorio, y empiezan a ordenar la limpieza de los huasipungos para poder construir sus casas lujosas, pero lo que no habían previsto era que los indios no estaban dispuestos a abandonar sus huasipungos para probar suerte en la montaña. Cuando menos lo piensan, los indios se rebelan y matan a cinco hombres de la burguesía. Inmediatamente se piden refuerzos a Quito. Los soldados que llegan con sofisticadas armas empiezan a matar a todos los indios que se rebelaron.