martes, 18 de septiembre de 2012

Historias de cronopios y de famas. Julio Cortázar


Historias de cronopios y de famas (1962) es un peculiar e inclasificable libro que, estructurado en cuatro partes (Manual de instrucciones, Ocupaciones raras, Material plástico e Historias de cronopios y de famas), ofrece en palabras de Alberto Cousté una suerte de ética, disfrazada por el humor y protegida de la solemnidad por la ternura . En esta obra, Cortázar alterna el relato breve, la viñeta y el ensayo lírico.
Cortázar utiliza por primera vez el término "cronopio" en 1952, en una crónica a un concierto de Louis Amstrong (posteriormente incluida en La vuelta al día en ochenta mundos) que titula "Louis, enormísimo cronopio". Es en ese mismo año cuando la presencia de los "cronopios" se le imponen casi sin buscarlo:
En 1952, yo estaba en París y fui a un concierto en "Les Champs Elisées" de homenaje a Igor Stravinsky. Me sentía muy conmovido viendo a Stravinsky dirigiendo la orquesta y a Jean Cocteau recitando una de las obras.
En el entreacto, todo el mundo salió a tomar café. Yo no tuve ganas de salir y me quedé completamente solo en ese inmenso teatro y, de golpe, tuve la sensación de que había en el aire personajes indefinibles, una especie de globos que yo veía de color verde, muy cómicos, muy divertidos y muy amigos, que andaban por ahí circulando. Inmediatamente supe que su nombre era "cronopios".

Historias de cronopios y de famas ofrecen una suerte de taxonomía humorística y sui géneris del género humano. Cortázar la explica así:
Empecé a escribir sin saber cómo eran. Luego tomaron un aspecto relativamente humano, con esas conductas especiales de los cronopios, que son un poco la conducta del poeta, del asocial, del hombre que vive un poco al margen de las cosas.
Frente a ellos están los famas: grandes gerentes de los bancos, presidentes de las repúblicas, la gente formal que defiende el orden.

Las esperanzas son personajes intermedios, que están un poco a mitad del camino, sometidas, según las circunstancias, a las influencias de los famas o de los cronopios.

Todas las aventuras que les suceden dependen de la psicología de cada uno de ellos.

Las Historias de cronopios y de famas son una sucesión de situaciones descabelladas, instántaneas de humor surrealista que socavan el racionalismo trivial y mecanizado. Según Jaime Alazraky, situaciones límite que ilustran el principio patafísico de Alfred Jarry, según el cual lo verdaderamente importante no son las leyes, sino las excepciones .

En Historias de cronopios y de famas, Cortázar expresa su rebeldía contra los objetos y personas que constituyen nuestra vida cotidiana y nuestra mecánica manera de relacionarnos con ella.

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