Novela de Juan José Mira (1907-1980) que fue Premio Planeta en 1952.
En la noche no hay caminos (1952) refleja la degradación de la sociedad española de posguerra y el colapso de los pilares de la existencia del protagonista, Andrés Lozano, debido a la lucha fratricida. Los soportes de su vida, como la familia y el trabajo, se derrumban, y él acaba por sumirse en la corrupción social. La narración se desarrolla tras la llamada de su hermana, Elena, quien solicita que vea a su sobrino enfermo, Pablito. La muerte prematura de su padre obligó a Andrés a abandonar la Facultad de Medicina para cuidar de su madre y su hermana. A pesar de la oposición de Andrés, Elena se casó con Pablo Segura, un hombre mayor y adinerado, por conveniencia económica familiar. Andrés confrontó a Segura, quien confirmó que Elena se sacrificaba por ellos, pero Segura, profundamente enamorado de Elena, prometió hacerla feliz.
Durante la Guerra Civil, Andrés sirvió en el bando republicano y, brevemente, formó parte del anarquista "Grupo Roses", donde conoció a Libertad y se enamoró de ella, con quien tuvo un encuentro íntimo. Entretanto, el marido de Elena, Pablo Segura, fue asesinado mediante "el paseo". Lorenzo Sellés, un colega de Segura y miembro de la UGT, asumió la ayuda a la familia, incluso socorriendo a Andrés en el frente. El mundo de Andrés se vino abajo cuando descubrió que Elena había prostituido su dignidad con Sellés para asegurar la subsistencia de la familia. Desilusionado por la traición, Andrés abandonó a su familia, desertó al bando nacional y adoptó una vida cínica y hedonista en Barcelona, involucrándose en el estraperlo de tejidos y sin arraigo afectivo.
Nueve años después, Andrés se reencontró con Elena en Barcelona, manteniendo con ella una relación fría y formal en atención a sus sobrinos. Su vida de corrupción culminó una noche cuando se encontró con Nena Clavel, una entretenida a la que había ofendido. Clavel, buscando venganza, le reveló que, según sus informantes (incluyendo a Concha "La Gaditana" y antiguos asociados de Sellés), Elena no solo había sido amante de Sellés, sino que le había instigado para asesinar a Pablo Segura. La acusación de que su hermana era una "zorra, una asesina" hirió la soberbia de Andrés, quien golpeó a Nena Clavel. Ella cayó, fracturándose la base del cráneo y muriendo accidentalmente. Tras el pánico, Andrés llamó a la policía de forma anónima, pero a la mañana siguiente, demostrando una "súbita e inesperada serenidad," se entregó a las autoridades declarándose culpable del homicidio.
En la cárcel, Andrés recibió la visita de Libertad, quien le reveló que es el padre de su hijo, pero lo tildó de "nadie" por su cobardía y abandono. Este dramático encuentro provocó en Andrés una profunda crisis moral: se dio cuenta de que su huida del deber y su actitud de juez habían sido motivadas por la soberbia, y que su condena era el "precio justo de la culpa". El abogado de Andrés, Jorge García Bureva (quien se revela como la nueva pareja de Elena y el "tío Jorge" de sus sobrinos), intervino decisivamente. Tras viajar a Cuenca, logró que Libertad regresara con el hijo de Andrés. Al aceptar su culpa y ver la oportunidad de recuperar la dignidad, Andrés, sereno, pudo finalmente enfrentar un futuro que le ofrecía una posibilidad de rehacer su vida.

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