San Manuel Bueno, mártir, es una novela escrita por Miguel de Unamuno (1864-1936). Se publicó por primera vez en 1931, en el número 461 de la revista La novela de hoy correspondiente al 13 de marzo de dicho año. En 1933, la editorial Espasa Calpe publicó San Manuel Bueno, mártir, y tres historias más.
Ángela Carballino escribe la
historia de don Manuel Bueno, párroco de su pueblecito, Valverde de
Lucerna. Múltiples hechos lo muestran como “un santo vivo, de carne y
hueso”, un dechado de amor a los hombres, especialmente a los más
desgraciados, y entregado a “consolar a los amargados y atediados, y
ayudar a todos a bien morir”. Sin embargo, algunos indicios hacen
adivinar a Ángela que algo lo tortura interiormente: su actividad
desbordante parece encubrir “una infinita y eterna tristeza que con
heroica santidad recataba a los ojos y los oídos de los demás”.
Un día, vuelve al pueblecito el
hermano de Ángela, Lázaro. De ideas progresistas y anticlericales,
comienza por sentir hacia don Manual una animadversión que no tardará
en trocarse en la admiración más ferviente al comprobar su vivir
abnegado. Pues bien, es precisamente a Lázaro a quien el sacerdote
confiará su terrible secreto: no tiene fe, no puede creer en Dios, ni
en la resurrección de la carne, pese a su vivísimo anhelo de creer en
la eternidad. Y si finge creer ante sus fieles es por mantener en ellos
la paz que da la creencia en otra vida, esa esperanza consoladora de la
que él carece. Lázaro, que confía el secreto a Ángela, convencido por
la actitud de don Manuel, abandona sus anhelos progresistas y,
fingiendo convertirse, colabora en la misión del párroco. Y así pasará
el tiempo hasta que muere don Manuel, sin recobrar la fe, pero
considerado un santo por todos, y sin que nadie, fuera de Lázaro y de
Ángela, haya penetrado en su íntima tortura.
Más tarde morirá Lázaro, y Ángela se interrogará acerca de la salvación de los seres queridos.
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