jueves, 3 de octubre de 2013

La vorágine. José Eustasio Rivera


La Vorágine es la única novela que publicó el escritor colombiano José Eustasio Rivera (1888-1928), y su obra más famosa. Salió a la luz el 25 de noviembre de 1924 y es considerada un clásico de la literatura colombiana, así como una de las más importantes dentro del modernismo latinoamericano, aunque a menudo es asociada al costumbrismo por la descripción pictórica de las culturas rurales.
La novela narra las peripecias del poeta Arturo Cova y su amante Alicia, historia de pasión y venganza enmarcada en los llanos y la selva amazónica a donde los dos amantes huyen de la sociedad, y que expone a lo largo de su trama las duras condiciones de vida de los colonos e indígenas esclavizados durante la fiebre del caucho.

La novela se divide en tres partes marcadas por tres escenarios distintos y claros puntos de giro. La primera parte narra la huida de Arturo y Alicia desde Bogotá hacia los llanos orientales. La segunda parte cuenta la estancia en los llanos y la separación de Alicia y la tercera relata la incursión en la selva amazónica en busca de ella.
El cuerpo principal de La Vorágine lo conforma el relato en primera persona de la aventura de Arturo Cova quien huye de las convenciones sociales de la estrecha sociedad bogotana de principios del siglo XX. Esta huida lo lleva a los llanos orientales, donde se separa intempestivamente de Alicia, su compañera. La búsqueda de Alicia lo llevará a la selva de la Amazonía colombiana, donde Arturo será testigo de la penosa esclavitud de los trabajadores que extraen el caucho.
De forma paralela se presenta el testimonio del cauchero Clemente Silva, que emprende un éxodo desde la ciudad de Pasto, tras las huellas de su hijo, encontrando solamente la esclavitud en las caucheras.
Uno de los escenarios y personajes principales del relato es la selva, que mediante alucinaciones, enfermedades y plagas ataca hasta la muerte al hombre que la explota, en un ciclo de destrucción mutua. Esta selva enclaustrante, húmeda y malsana, contrasta con el escenario inicial en la llanura que representa la libertad y esperanza perdidas.

La Vorágine sigue la estructura narrativa del mito clásico greco-latino, de forma similar a la historia de Orfeo, La Eneida de Virgilio o La Odisea de Homero, en donde el héroe emprende un viaje iniciático, y tras descender a un mundo laberíntico e infernal, alcanza un final epopéyico. En el caso de La vorágine el poeta desciende al "infierno verde" en busca de su amada, sin embargo, oponiéndose al modelo tradicional, su protagonista no regresa al punto de partida. Este final abierto o de cierta forma inconcluso, constituye una de las características más importantes de la novela moderna.
En cuanto al estilo, es especialmente notable la descripción de los escenarios (primordialmente la selva) y situaciones, que se muestran en medio de una prosa con permanente musicalidad y abismante detalle, generando gran impacto en las escenas de violencia o desesperación que atraviesan los protagonistas. Otro aspecto innovador en Rivera fue la superación del argumento con un solo plano narrativo. De este modo, la narración se ve fragmentada por diversas "historias" como las de Fidel Franco, Clemente Silva o Helí Mesa.
La Vorágine es una de las principales obras literarias del modernismo latinoamericano, y se puede observar su influencia en obras posteriores como Canaima de Rómulo Gallegos y Calunga del brasileño Jorge de Lima.
Horacio Quiroga, otro gran escritor de la selva y la frontera, la consideraba “el libro más trascendental que se ha publicado en el continente” y califica a Rivera como "el poeta de la selva".

La vorágine retrata el clima intelectual y político de la Colombia de los años veinte. Su afán por denunciar los problemas de las fronteras, como la explotación infrahumana o la locura, respondió a las inquietudes de la generación del Centenario, a la que perteneció José Eustasio Rivera. Aunque ya existían publicaciones denunciando las atrocidades de los caucheros blancos en las selvas del Putumayo muchas de las cuales fueron fuente directa de información para José Eustasio Rivera, La vorágine es la primera novela de denuncia social en la literatura colombiana mezclando la ficción y la realidad.
La intención principal de la obra es plasmar una denuncia social de las condiciones de explotación y miseria a la que son sometidos los caucheros en los siringales, de forma impactante pero sin caer en moralismos ni juicios de culpabilidad. Asimismo, los escenarios y culturas descritas son la expresión, a través de una visión poética, del conocimiento que adquirió el autor al participar en la Comisión Demarcadora de Límites de Colombia con Brasil, Venezuela y Perú.
Es difícil establecer la cuota de veracidad en la historia de La vorágine, sin embargo se han identificado varias personas que incidieron en la creación de los personajes. El principal es Luis Franco Zapata un manizalita que conoció a José Eustasio Rivera en Orocué, en 1918, en donde se estableció tras huir de Bogotá con la joven Alicia Hernández. Adicionalmente, se han encontrado referencias históricas del coronel Tomás Funes, el comerciante de caucho Julio Barrera Malo y el cauchero Clemente Silva entre otros.

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