Exilados (Exiles) es una obra de teatro de James Joyce publicada en 1918. Respecto a la aceptación de la crítica y del público fue la obra menos exitosa de Joyce. Exilados no tenía el encanto del Retrato del artista adolescente ni la riqueza de Ulises. Los críticos decían que Exilados tenía la forma de una obra de Ibsen y la consideraron una obra derivada escrita por un joven admirador del gran dramaturgo escandinavo.
La premisa básica de Exilados implica un triángulo amoroso entre Richard Rowan (un escritor dublinés recientemente vuelto de su exilio en Roma), Bertha (su pareja de hecho) y su viejo amigo Robert Hand (un periodista). Este orden se ve ligeramente complicado por un segundo triángulo, que implica a Rowan, Hand y a la prima de Hand, Beatrice Justice.
Rowan, Hand y Beatrice han sido amigos desde la infancia. Hand y Beatrice se comprometieron en secreto cuando eran adolescentes, lo que Hand admite a Rowan unos años más tarde, cuando los dos comparten una casa a los veinte años. Esos años son recordados por Hand como “noches salvajes” que implicaban “bebida y blasfemias (por parte de Hand)... y bebida y herejía, mucho peor (por parte de Rowan)”. En una de esas noches, los dos amigos conocen a Bertha, que desde la primera noche elige estar con Rowan, a pesar de las atenciones de Hand.
Rowan y Bertha pronto escapan juntos y se dirigen al exilio en Italia. Hand trata de disuadirlos, sugiriendo a Rowan que debe irse solo primero (“para ver si lo que siente por Bertha era una cosa pasajera”) en la esperanza (como más tarde confiesa a Bertha) “de que te alejases de él cuando se hubiese ido y él de ti. Entonces te hubiera ofrecido mi regalo. Ahora sabes lo que era. El simple y común regalo que los hombres ofrecen a las mujeres. No el mejor quizás. Mejor o peor, hubiera sido tuyo”.
Una vez en el exilio, Rowan tiene relaciones sexuales con otras mujeres (“manifiestamente y muchas veces”) mientras continúa viviendo con Bertha. También empieza a escribir regularmente cartas a Beatrice y le envía capítulos de su novela. Por su parte, Beatrice se recupera de una enfermedad mortal y empieza a sentir “frialdad” hacia Hand, al que ahora ve como “un pálido reflejo” de Richard Rowan. Éste es el pasado de los personajes que se encuentra otra vez, en los suburbios de Dublín, después del regreso del exilio de Rowan y Bertha en el verano de 1912.
La acción de la obra es muy simple. Bertha está celosa de la relación de Rowan con Beatrice y Hand está celoso de la relación de Rowan con Bertha. El mismo Joyce describe la estructura de la obra como “el juego del gato y el ratón en tres actos”. La acción consiste principalmente en los intentos de Robert Hand para no perder a Bertha. En el primer acto, en casa de Rowan, Hand besa a Bertha con pasión varias veces “y pasa su mano muchas veces sobre su pelo”. Le pide que vaya a su propia casa para un segundo encuentro más tarde esa noche. Bertha le comunica a Rowan esta invitación y le pregunta si debe aceptarla. Rowan le dice que decida por ella misma.
En el segundo acto, Hand está esperando a Bertha a la hora convenida, pero en su lugar aparece Rowan. Éste explica tranquilamente que sabe todo acerca del cortejo de Hand hacia Bertha. Después de unos minutos de lo que para Hand es claramente una conversación muy incómoda, la misma Bertha llama a la puerta. Hand se va con tacto al jardín, mientras Rowan explica a Bertha la conversación que acaba de tener con Hand. Rowan se va a casa, dejando a su pareja sola con Hand. Éste empieza a seducir a Bertha otra vez. El acto termina sin resultados, con Hand preguntado a Bertha si le ama y ésta explicándole: “Me gustas, Robert, pienso que eres bueno... ¿Estás satisfecho?”
El tercer acto empieza en la casa de Rowan a las siete de la mañana. Bertha le dice a la doncella que no ha dormido en toda la noche. La doncella le dice que Rowan dejó la casa una hora antes para ir a pasear por la costa. En los periódicos de la mañana, Hand ha publicado un artículo favorable acerca de Rowan, escrito la noche anterior. Lo que ha sucedido la noche anterior no está enteramente claro. Hand y Bertha han compartido “una noche sagrada de amor”, aunque los detalles específicos acerca de esto no se exponen claramente, y los dos personajes convienen en que fue “un sueño”. Hand suministra más detalles en su relato de la noche pasada a Rowan, aunque de su tiempo con Bertha admite sólo que “ella se fue”. Entonces pretende haber ido a una hospedería donde bebió clarete, volvió a casa para escribir el artículo y luego fue a un club nocturno donde se ligó a una divorciada y mantuvo relaciones sexuales con ella en el coche de alquiler camino de casa (“tuvo lugar lo que el sutil Duns Escoto llama una muerte del espíritu”). Hand se va a “un sitio lejos” (la casa de su primo en Surrey), mientras Rowan y Bertha se reconcilian. Bertha admite que anhela reunirse con su amante, pero afirma que su amante es el mismo Rowan.
La resolución de la obra reside precisamente en el sentimiento de duda acerca de lo que ocurrió entre Hand y Bertha entre los actos segundo y tercero. Rowan se siente herido por la duda que admite que añoraba. En verdad, considera que este sentimiento de duda es lo que le permite “estar unido a Bertha en cuerpo y alma en completa desnudez”.
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