miércoles, 6 de noviembre de 2013
La mansión (Howards End). E.M. Forster
La mansión (Howards End) es una novela de E.M. Forster (1879-1970) publicada en 1910 sobre las relaciones sociales y familiares en la Inglaterra del cambio de siglo. Está considerada como la obra maestra de Forster.
La historia gira alrededor de tres familias en Inglaterra a principios del siglo XX: los Wilcox, capitalistas ricos que hicieron fortuna en las colonias; los hermanos Schlegel (Margaret, Tibby y Helen) que son medio alemanes y que tienen mucho en común con el llamdo Grupo de Bloomsbury; y los Bast, una pareja de clase media baja. Las hermanas Schlegel tratan de ayudar a los pobres Bast e intentan que los Wilcox tengan menos prejuicios.
Las Schlegel se encuentran frecuentemente con los Wilcox. La más joven, Helen, durante un breve período se siente atraída por el Wilcox más joven, Paul; cada uno rechaza al otro por sus propias razones. La hermana mayor, Margaret, se convierte en amiga de la madre de Paul, Ruth Wilcox. La posesión personal más apreciada de Ruth es su casa familiar llamada Howards End. Desea que Margaret pueda vivir allí y presiente que así estará en buenas manos. El propio marido de Ruth y sus hijos no valoran la casa y su rica historia porque tales abstracciones son extrañas para ellos, aunque son muy queridas por Margaret. Ruth está muy enferma y Margaret y su familia están a punto de ser desalojados de su casa en Londres por un promotor de la construcción. Ruth lega la casa a Margaret en una nota escrita a mano, que es entregada por la enfermera al marido cuando ella muere. Esto causa gran consternación entre los Wilcox. El viudo Henry Wilcox y los hijos queman la nota sin decir nada a Margaret sobre su herencia. Sin embargo, al cabo de varios años, Margaret hace amistad con Henry y finalmente se casa con él. Margaret, mujer de espíritu libre, intenta que Henry se abra más con pocos resultados. Charles, el hijo mayor de Henry, y su esposa Dolly intentan impedir que Margaret tome posesión de Howards End.
Gradualmente Margaret se da cuenta de la actitud desdeñosa de Henry hacia las clases más bajas. Por consejo de éste, Helen le dice a Leonard Bast que deje su respetable trabajo como empleado de una compañía de seguros, porque la compañía se ha quedado fuera de un poderoso grupo de compañías y así es vulnerable a la quiebra. Unas cuantas semanas después Henry cambia de opinión a la ligera, habiendo olvidado enteramente lo de Bast, pero es demasiado tarde y Bast ha perdido ya su tenue solvencia económica.
Bast vive con una mujer conflictiva y "caída en desgracia" de la que se siente responsable y con la que acaba casándose. Helen continúa intentando ayudar al joven Leonard (quizás en parte por haber intervenido en su vida sin quererlo Leonard) pero todo va terriblemente mal. Cuando Helen lleva a los Bast a la boda de Evie Wilcox, la hija de Henry, éste reconoce a la mujer de Bast como su antigua amante y rehúsa ayudarles. Luego relata a Margaret que diez años antes cometió adulterio con la esposa de Bast en Chipre, pero que luego la había abandonado a la ligera, siendo ella una chica inglesa en suelo extranjero sin medios para volver a su país. Margaret se enfrenta a Henry por el mal trato que dio a la mujer. Henry se siente avergonzado por el asunto pero nada arrepentido de su duro trato. Las hermanas Schlegel se apartan un tanto a causa del próximo matrimonio de Margaret y el trato que les han dado a los Bast. En un momento de piedad por el pobre y ya condenado Bast, Helen tiene una aventura con él. Encontrándose embarazada, deja Inglaterra para viajar a Alemania y ocultar su condición, pero finalmente regresa a Inglaterra cuando se entera de que su tía Juley está enferma. Helen rehúsa tener un encuentro con Margaret en un esfuerzo por ocultar su embarazo pero es engañada por Helen, que actúa bajo el consejo de Henry, para tener una entrevista en Howards End. Henry y Margaret planean que la vea un doctor, ya que piensan que la conducta evasiva de Helen es producto de una enfermedad mental. Cuando ven a Helen en Howards End, también descubren su embarazo.
Margaret intenta en vano convencer a Henry de que si él puede tolerar su propio adulterio, debe perdonar a Helen. Leonard Bast llega entonces a la casa, atormentado por todo el asunto, y deseando hablar con Margaret. No se da cuenta de la presencia de Helen. El hijo de Henry, Charles, ataca a Bast por el deshonor que ha traído a Helen y accidentalmente le mata. Cuando Charles le golpea con el borde plano de una espada, Leonard se agarra a una librería que se le cae encima y su débil corazón le falla.
Charles es acusado de homicidio y enviado a la cárcel por tres años. El consiguiente escándalo y conmoción provocan que Henry evalúe su vida y empiece a conectar con los otros. Lega Howards End a Margaret, que declara que irá a parar a su sobrino (el hijo de Helen y Leonard) cuando ella muera. Helen se reconcilia con su hermana y Henry y decide criar a su hijo en Howards End. Margaret es considerada usualmente como la heroína de la historia porque, permaneciendo casada con Henry a pesar del escándalo, actúa como una fuerza unificadora al reunir a todos los personajes apaciblemente en Howards End. Henry es visto algunas veces como un héroe porque triunfa sobre su impericia para conectar con las situaciones de los otros. Al final, la intelectualidad de mente abierta de los Schlegel se reconcilia o equilibra con la economía práctica de los Wilcox, aprendiendo lecciones los unos de los otros.
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Esta sinopsis està muy bien contada, el inconveniente es que al ser la historia tan larga y con tanta intriga aparece como un tremendo melodrama y no es asì: la novela es hermosa, con un mensaje muy ponderable y constructivo, y la pelìcula se hizo con toda la precisiòn y belleza de que siempre han sido capaces los componentes de este precioso equipo: escritores, guionistas, directores, actores, fotògrafos, iluminadores, musicalizaores. Todos, sin fallar ninguno.
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