viernes, 15 de junio de 2012

Enrique VI, primera parte. William Shakespeare


Enrique VI, primera parte o La primera parte de Enrique VI es una obra de teatro histórico de William Shakespeare, y posiblemente Thomas Nashe. Se cree que fue escrita en 1591.
La obra empieza con el funeral de Enrique V, que ha fallecido inesperadamente en plena madurez. Mientras sus hermanos, los duques de Bedford y Gloucester, y su tío, el duque de Exeter, lamentan su muerte y expresan sus dudas acerca de si su hijo (Enrique VI, el heredero forzoso todavía no coronado) es capaz de gobernar el país en tiempos tan tumultuosos, llegan noticias de reveses militares en Francia. Una rebelión, encabezada por el delfín Carlos, está creciendo con ímpetu, y varias ciudades grandes ya se han perdido. Además, Lord Talbot, condestable de Francia, ha sido capturado. Dándose cuenta de que ha llegado un tiempo crítico, Bedford se prepara inmediatamente para ir a Francia y coger el mando del ejército, Gloucester permanece a cargo de Inglaterra y Exeter se propone preparar al joven Enrique para su próxima coronación.


Mientras tanto, en Orleans, el ejército inglés ha puesto sitio a las fuerzas de Carlos. Dentro de la ciudad, el bastardo de Orleans se acerca a Carlos y le dice que una joven dice tener visiones y sabe cómo derrotar a los ingleses. Carlos convoca a la mujer, Juana de Arco. Para probar su resolución, la desafía a un combate singular. Después de vencer ella, la pone inmediatamente al mando del ejército. Fuera de la ciudad, el recién llegado Bedford negocia la liberación de Talbot, pero inmediatamente Juana lanza un ataque. La fuerzas francesas vencen, forzando a los ingleses a retirarse, pero Talbot y Bedford planean un ataque furtivo contra la ciudad y se introducen en las murallas, causando la huida de los jefes franceses.
Mientras, en Inglaterra, un disputa mezquina entre Ricardo Plantagenet y el duque de Somerset se ha expandido hasta envolver a toda la corte. Ricardo y Somerset piden a sus compañeros nobles promesa de lealtad a uno de ellos dos. Los lores eligen una rosa roja o blanca para indicar de qué lado están. Ricardo entonces va a ver a su tío, Edmund Mortimer, encerrado en la Torre de Londres. Mortimer cuenta a Ricardo la historia del conflicto de su familia con la familia del rey -cómo ayudaron a Enrique Bolingbroke a tomar el poder de Ricardo II, pero luego fueron dejados en un segundo plano; y cómo Enrique V ejecutó a Ricardo de Conisburgh, padre de Ricardo, y quitó a su familia todas sus tierras y riquezas. Mortimer también dice a Ricardo que él mismo es el heredero legítimo al trono y que, cuando muera, Ricardo será el verdadero heredero, no Enrique. Asombrado por estas revelaciones, Ricardo determina obtener sus derechos de nacimiento y jura recuperar el ducado de su familia. Después de que Mortimer muere, Ricardo presenta su petición al recientemente coronado Enrique, que consiente en devolver el título a Plantagenet, nombrándole como Ricardo, tercer duque de York. Enrique marcha entonces a Francia, acompañado por Gloucester, Exeter, Winchester, Ricardo y Somerset.
En Francia, en cuestión de horas, los franceses recuperan y luego pierden la ciudad de Rouen. Después de la batalla, Bedford muere y Talbot asume el mando directo del ejército. El Delfín se horroriza ante la pérdida de Rouen, pero Juana le dice que no se preocupe. Ella persuade al poderoso duque de Borgoña, que ha luchado por los ingleses, a aliarse con los franceses. Mientras tanto, Enrique llega a París y enterándose de la traición de Borgoña, envía a Talbot a hablar con él. Enrique suplica a Ricardo y Somerset que dejen de lado su conflicto y, inconsciente de las implicaciones de sus acciones, elige la rosa roja, alineándose simbólicamente con Somerset y alejando a Ricardo. Antes de volver a Inglaterra, en un esfuerzo por asegurar la paz entre Somerset y Ricardo, Enrique pone a Ricardo al mando de la infantería y a Somerset al mando de la caballería. Mientras tanto, Talbot se acerca a Burdeos, pero el ejército francés le envuelve y le atrapa. Talbot pide refuerzos, pero el conflicto entre Ricardo y Somerset hace dudar al uno del otro y ninguno envía los refuerzos, cada uno culpando al otro de la confusión. Así el ejército inglés es destruido y Talbot y su hijo mueren.


Después de la batalla, las visiones abandonan a Juana y es capturada por Ricardo y quemada en la hoguera. Al mismo tiempo, urgido por el papa Eugenio IV y Segismundo, emperador del Sacro Imperio Romano, Enrique pide la paz. Los franceses escuchan las condiciones inglesas, según las cuales Carlos será virrey de Enrique, aceptando de mala gana, pero sólo con la intención de romper el juramento en fecha posterior y expulsar a los ingleses de Francia. Mientras tanto, el conde de Suffolk ha capturado a una joven princesa francesa, Margarita de Anjou, a la que pretende casar con Enrique y dominar al rey a través de ella. Volviendo a Inglaterra, intenta persuadir a Enrique para que se case con Margarita. Gloucester advierte a Enrique contra el matrimonio, ya que la familia de Margarita no es rica y el matrimonio no es ventajoso para su posición como rey, pero Enrique se prenda de la descripción de la belleza de Margarita que le hace Suffolk, y consiente a la propuesta. Suffolk entonces vuelve a Francia para traer a Margarita a Inglaterra mientras Gloucester reflexiona con preocupación sobre lo que puede traer el futuro.

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