jueves, 26 de febrero de 2015

Las torres de Barchester (Barchester Towers). Anthony Trollope


Las torres de Barchester (Barchester Towers), publicada en 1857, es la segunda novela de la serie Crónicas de Barsetshire de Anthony Trollope (1815-1882). Entre otras cosas, satiriza la antipatía furiosa que existía entonces dentro de la Iglesia de Inglaterra entre la Alta Iglesia y los partidarios de los evangélicos. Trollope empezó a escribir su libro en 1855. Lo escribió sin parar e incluso se hizo construir un escritorio portátil para seguir haciéndolo cuando viajaba en tren. "Cuando un hombre empieza a escribir un libro nunca se detiene", escribió en una carta durante esta época. "El mal que le acosa es tan inveterado como beber y tan excitante como jugar." Años después, observó en su autobiografía que "escribir Las torres de Barchester fue un gran deleite. El obispo y la señora Proudie eran muy reales para mí, así como los problemas del archidiácono y los amores de Mr. Slope." Pero cuando presentó la obra terminada a su editor, William Longman, éste la rechazó inicialmente encontrándola llena de "vulgaridad y exageraciones". Hoy día, la novela es la favorita de muchos de los lectores de Trollope y The Guardian la incluyó en su lista de las 1000 novelas que todos deberíamos leer.

Las torres de Barchester se ocupa del clero dirigente de la ciudad catedralicia de Barchester. Habiendo fallecido su muy amado obispo, todos esperan que le suceda su hijo, el archidiácono Grantly. En lugar de eso, debido al paso del poder del mecenazgo a un nuevo primer ministro, gana la sede un recién llegado, el mucho más evangélico obispo Proudie. Su esposa, la señora Proudie, ejerce una influencia excesiva sobre el nuevo obispo, haciendo que ella y el obispo se vuelvan impopulares entre la mayoría del clero de la diócesis. La interferencia de ella en el veto a la reelección del universalmente popular Mr. Septimus Harding (protagonista de la anterior novela de Trollope, The Warden) como director del Hospital de Hiram, no es bien recibida, aunque dé el cargo a un clérigo necesitado, Mr. Quiverful, que tiene que mantener 14 hijos.

Incluso menos popular que la señora Proudie es el nuevo y recientemente nombrado capellán del obispo, el hipócrita y servil Mr. Obadiah Slope, quien decide que sería conveniente casarse con la adinerada hija viuda de Septimus Harding, Eleanor Bold. Slope espera ganar su favor interfiriendo en la controversia sobre la dirección del hospital. El obispo, o más bien Mr. Slope siguiendo las órdenes de la señora Proudie, también ordena el regreso de Italia del prebendado Dr. Vesey Stanhope. El Dr. Stanhope ha estado allí recobrándose de un dolor de garganta durante 12 años y ha pasado el tiempo cazando mariposas. Al claustro de la catedral, llegan con él su esposa y sus tres hijas adultas. La más joven de ellas causa consternación en el palacio episcopal y amenaza los planes de Mr. Slope: la signora Madeline Vesey Neroni es coqueta y está tullida, tiene una hija pequeña y estuvo casada con un misterioso marido italiano al que abandonó. A la señora Proudie la horroriza y la considera una influencia peligrosa sobre sus hijas, sus sirvientes y Mr. Slope. Éste se siente atraído por ella y no puede apartarse de su compañía. Bertie, el hijo del Dr. Stanhope, sabe cómo gastar el dinero pero no ganarlo: sus hermanas piensan que casarlo con la rica Eleanor Bold le proporcionará la seguridad financiera.

El brillante reverendo Francis Arabin es convocado por el archidiácono Grantly para ayudarle en su guerra contra los Proudie y Mr. Slope. Mr. Arabin es un importante erudito, miembro del Lazarus College de Oxford, que casi siguió a su maestro John Henry Newman a la Iglesia Católica Romana. Un enorme malentendido se produce entre Eleanor, su padre, su cuñado, su hermana y Mr. Arabin: todos creen que Eleanor quiere casarse con el empalagoso Mr. Slope. Mr. Arabin se siente atraído por Eleanor, pero los esfuerzos de Grantly y su esposa para impedire que ésta se case con Slope también interfieren en la relación que puedan desarrollar. En la fiesta en el jardín de Ullathorne organizada por la familia Thorne, la trama llega a su culmen. Mr. Slope se declara a Eleanor y es abofeteado por su presunción; Bertie también quiere declararse a Eleanor pero es rechazado con buenas maneras y la Signora tiene una charla con Mr. Arabin. Los manejos de Mr. Slope son descubiertos y es despedido por la señora Proudie y la Signora. Ésta deja caer las palabras adecuadas en los oídos de los implicados y así, con la aclaración del malentendido, Mr. Arabin y Eleanor se comprometen.El viejo deán de la catedral fallece y Mr. Slope hace campaña para convertirse en el nuevo deán, pero el cargo se ofrece a Mr. Harding, con una bella casa en el claustro y quince acres de jardín. Sin embargo, Mr. Harding se considera inadecuado para el cargo y, con la ayuda del archidiácono, dispone que Mr. Arabin pueda ser el nuevo deán. Con el retorno de los Stanhope a Italia, la vida en la catedral vuelve a su anterior tranquilidad y antiguas costumbres y Mr. Harding continúa su vida de gentileza y música.

lunes, 9 de febrero de 2015

Relato soñado (Traumnovelle). Arthur Schnitzler


Relato soñado (Traumnovelle) es un relato del escritor austríaco Arthur Schnitzler (1862-1931) publicado en 1926 por S. Fischer Verlag. Antes se había publicado por entregas en la revista Die Dame entre diciembre de 1925 y marzo de 1926.

Relato soñado transcurre en Viena a principios del siglo XX. El protagonista de la historia es Fridolin, un exitoso médico de 35 años que vive con su esposa Albertina y su joven hija.
Una noche, Albertina le confiesa que el verano anterior, mientras estaban de vacaciones en Dinamarca, tuvo una fantasía sexual acerca de un joven oficial danés. Fridolin admite luego que durante las mismas vacaciones se sintió atraído por una joven en la playa. Más tarde esa misma noche, Fridolin es llamado al lecho de muerte de un importante paciente. Encuentra a éste ya muerto, pero se sorprende cuando la hija del fallecido, Marianne, le confiesa su amor. Inquieto, Fridolin se va y empieza a caminar por las calles. Aunque tentado, rechaza la oferta de una joven prostituta llamada Mizzi. Se encuentra con su viejo amigo Nachtigall, que le dice que tocará el piano en una orgía sexual secreta de la alta sociedad esa misma noche. Intrigado, Fridolin se procura una máscara y un disfraz y sigue a Nachtigall a la fiesta en una residencia privada. Fridolin se sorprende al encontrarse con distintos hombres enmascarados y disfrazados y mujeres desnudas que llevan solamente una máscara, ocupados en variadas actividades sexuales. Cuando una joven le avisa de que se vaya, Fridolin ignora su súplica y pronto es descubierto como intruso. La mujer entonces anuncia a la concurrencia que se sacrificará a sí misma por Fridolin y se permite a éste que se vaya.

Después de volver a casa, Albertina despierta y le cuenta un sueño que ha tenido: mientras hacía el amor con el oficial danés de sus fantasías sexuales, ella miraba sin compasión como Fridolin era torturado y crucificado antes sus ojos. Fridolin se siente indignado, ya que cree que esto prueba que su esposa busca traicionarle. Resuelve pues seguir sus propias tentaciones sexuales. Al siguiente día, Fridolin se entera de que Nachtigall ha sido secuestrado por dos hombres misteriosos. Entonces va a la tienda de disfraces para devolver el suyo y descubre que el propietario prostituye a su hija adolescente a varios hombres. Fridolin encuentra el camino de regreso al lugar de la orgía de la noche anterior; antes de que pueda entrar, se le entrega una nota dirigida a él en la que se le advierte que no prosiga con el asunto. Más tarde, visita a Marianne, pero ésta ya no muestra ningún interés en él. Fridolin busca luego a Mizzi, la prostituta, pero no consigue encontrarla. Lee que una joven ha sido envenenada. Sospechando que ella es la mujer que se sacrificó a sí misma por él, acude al depósito de cadáveres para verla pero no puede identificarla. Fridolin vuelve a casa esa noche y se encuentra a su esposa dormida, con su máscara de la noche anterior sobre la almohada de su lado de la cama. Cuando ella despierta, Fridolin le confiesa todas sus actividades. Después de escucharle tranquilamente, Albertina le tranquiliza. Fridolin dice que aquéllo no volverá a suceder jamás, pero Albertina le dice que no mire demasiado lejos en el futuro y que lo importante es que han sobrevivido a sus aventuras. La historia termina con la pareja dando la bienvenida al nuevo día con su hija.