martes, 12 de agosto de 2014

El gran Meaulnes (Le Grand Meaulnes). Alain-Fournier


El gran Meaulnes (Le Grand Meaulnes) es la única novela de Alain-Fournier (1886-1914) publicada en 1913. Alain-Fournier escribió esta novela inspirándose en su propia vida y en su entorno personal. En efecto, encontramos numerosos aspectos autobiográficos en ella tales como el encuentro de Yvonne y Meaulnes. El autor habría tenido un encuentro similar antes de escribir el libro. Podemos hablar entonces de una novela autobiográfica.

La novela nos relata la aventura de Augustin Meaulnes contada por su antiguo compañero de clase y amigo, François Seurel. Augustin Meaulnes estuvo como pensionista en casa de los padres de François. Llegó "un frío domingo de noviembre" como interno para hacer el curso superior en Sainte-Agathe. Se aloja en la misma buhardilla que François, hijo de un profesor del colegio. Su edad y su personalidad pronto hacen que los otros escolares le llamen "el gran Meaulnes". Durante una escapada del colegio, "ocho días antes de Navidad", Augustin llega por casualidad a una mansión misteriosa donde tiene lugar una fiesta extraña y poética, llena de niños. El castillo, medio en ruinas, está alborotado por los juegos, los bailes y las mascaradas. Meaulnes se entera de que la fiesta se celebra para festejar la boda de Frantz de Galais. A los invitados se les ofrece un paseo en barca por el lago. Meaulnes se encuentra allí con una joven de la que pronto se enamora. Sin embargo no intercambia con ella más que algunas palabras: ella le dice que se llama Yvonne de Galais, pero le pide que no la siga. Al volver, Meaulnes se entera de que Valentine,  la novia a la que se esperaba, ha huido; la boda se suspende y la fiesta termina tristemente.

Meaulnes vuelve a su vida de escolar con una sola idea en la cabeza:  encontrar otra vez "la mansión misteriosa" y a la joven que ama. Sus búsquedas resultan infructuosas a pesar de la ayuda de François y de un joven bohemio y caprichoso que llega a la escuela de Sainte-Agathe y que resulta ser Frantz de Galais. Augustin parte hacia París para proseguir sus estudios e intentar encontrar a Yvonne de Galais, de la cual su hermano Frantz le ha dado la dirección. Sucede un nuevo fracaso al no hallar a la joven: "Es mejor olvidarlo todo", escribe Meaulnes a su amigo François.
Por azar, François Seurel, que a su vez va a convertirse en profesor, encuentra la pista de Yvonne en las cercanías de Vieux-Nançay; lleva "la gran noticia" a su amigo Meaulnes, que ha vuelto a su casa. A la salida de una fiesta, que resulta un fracaso ("Todo parecía perfectamente arreglado para que no fuéramos felices. ¡Y nosotros lo habíamos sido tan poco!"), Augustin pide la mano de Yvonne y se casa con ella unos meses después. Pero al día siguiente de la boda, Meaulnes se va en busca de la novia de Frantz, una tarea que había jurado cumplir ante éste. La joven Yvonne se queda sola en Sablonnières con su anciano padre, recibiendo frecuentes visitas de François,  que se convierte en su vecino y confidente. Yvonne muere dos días después de haber dado a luz a una niña. François se convierte en legatario universal y tutor de la niña hasta el retorno de su amigo. El joven se instala en la propiedad y encuentra un "cuaderno de deberes mensuales" descubriendo el secreto de Meaulnes.
Un año más tarde, Augustin vuelve a Sablonnières, después de haber llevado a su casa a Frantz y Valentine, la novia perdida. La muerte de su esposa lo desmoraliza, pero cuando se entera de que tiene una hija, recupera la sonrisa y la alegría.
El epílogo nos deja un indicio sobre el futuro de Meaulnes: "Yo ya me lo imaginaba por la noche, envolviendo a su hija en un manto y partiendo con ella hacia nuevas aventuras".

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