miércoles, 17 de septiembre de 2014

Retrato del artista adolescente (A Portrait of the Artist as a Young Man). James Joyce


Retrato del artista adolescente (A Portrait of the Artist as a Young Man) es una novela semiautobiográfica escrita por el escritor irlandés James Joyce (1882-1941), publicada en formato de serial en la revista The Egoist, entre 1914 y 1915, y como libro en el año 1916. Novela de aprendizaje, o Bildungsroman, es la historia de un muchacho llamado Stephen Dedalus, que es el álter ego del propio autor, por lo que en ella aparecen muchos eventos basados en la vida real del escritor.
El apellido del personaje hace clara referencia a Dédalo, el arquitecto y artesano de la mitología griega; dédalo, en castellano, es también «laberinto». El Retrato había conocido una versión anterior, datada en 1905, que no llegó a ver la luz en vida del autor: Stephen el héroe.
La obra está contada desde el punto de vista del propio Stephen (nombre que pudiera ser alusión a San Esteban, primer mártir cristiano), cuya subjetividad se va desarrollando a lo largo de cinco episodios o capítulos. La narración adopta al principio el estilo indirecto libre, similar al monólogo interior: el narrador, transmutado en personaje, aparentemente expone sus pensamientos tal cual le vienen, muchas veces al azar. Posteriormente se recurre a la clásica tercera persona narrativa. En términos generales, se retratan en la novela las luchas de un joven sensible en contra de las convenciones de la sociedad burguesa de su tiempo, en especial las católicas e irlandesas.
Muy característico de la obra, y del hacer de Joyce, es la evolución estilística que exhibe el Retrato, progresión que el autor hace coincidir con las sucesivas etapas en la vida del protagonista. Así, pasa de reflejar los balbuceos de un bebé en las primeras páginas, a los depurados períodos que cierran la novela, en los cuales se explaya la peripecia interior de un universitario. Esta mezcla de estilos alcanzará su máxima expresión en Ulises (1922), obra maestra del autor, en la cual repite protagonismo Stephen Dedalus.

La novela arranca plasmando las sensaciones de un niño pequeño en primera persona (estilo indirecto libre). Stephen Dedalus disfruta de su aún corta vida y se asombra con las muchas cosas nuevas que la misma va poniendo ante sus ojos; le gusta sobre todo escuchar los cuentos de su padre, Simón Dedalus. Llegado el tiempo de asistir a la escuela, es matriculado en el Clongowes Wood, un colegio jesuita para jóvenes de familias adineradas. Un día, durante un peligroso juego entre compañeros, Stephen es empujado a una fosa por otro alumno, lo que le ocasiona un trastorno que le hará pasar una noche en la enfermería. Allí sueña con su propia muerte y sus consecuencias, bajo la imagen de Parnell, radical personaje político irlandés de principios del siglo XX.
Llega la época navideña y los alumnos tienen permiso para retornar a sus casas. La tranquilidad hogareña durante las fiestas, tratada en tono convencional, se ve interrumpida por las diferencias surgidas entre la tía de Stephen, Dante, una mujer sumamente cristiana que apoya a la iglesia, y Mister Dedalus, quien se muestra contrario a la misma y a su influencia sobre la sociedad. De regreso en Clongowes, un día, durante la clase de latín, Fleming, compañero de clases, es castigado físicamente por el padre Dolan por desconocer la respuesta a una pregunta concreta. Stephen, quien estaba exento de las tareas por haber roto los lentes, es también castigado siendo acusado de ocioso y mentiroso. Sus compañeros lo alientan a quejarse al rector por haberse cometido una injusticia al castigarlo sin motivo. Ante la insistencia de aquéllos, enfrentándose a su vergüenza, transmite sus quejas al rector, quien las acepta parcialmente. De regreso, es ovacionado por sus compañeros.
La economía familiar decae, la familia se muda a Dublín y Stephen tiene que dejar la escuela. Este cambio le acarrea mayor libertad de movimientos, ya que tiene permitido andar por las calles de la ciudad. Stephen, durante una fiesta, conoce a una chica de quien cree enamorarse, pero tras un viaje en tranvía, en el que van juntos, no se presentan mayores novedades a pesar de las demostraciones de interés de la joven, puesto que él no se siente con valor. Stephen es matriculado en un nuevo colegio de jesuitas, el Belvedere, donde conoce a Heron, compañero de clases con quien no tendrá una buena relación, sobre todo por sus diferencias en términos literarios.
Transcurre el tiempo y, en un concurso literario, Stephen es elegido ganador, lo que le hace merecedor de una cierta suma de dinero, la cual gasta rápidamente en banalidades. Su crecimiento como adolescente lo lleva, inevitablemente, a los deseos carnales. Debido a su poca resistencia y a sus ganas de aplacar esas sensaciones, contrata a una prostituta, dado que la autosatisfacción ya no le resulta gratificante. La escuela, en honor al santo que veneran, organiza un retiro al que deben asistir todos los alumnos. Durante el mismo, las palabras del padre Arnall sobre el pecado y las terribles torturas infernales que acarrea cometerlo, asustan a Stephen, haciéndolo sentirse miserable, impuro y poco humano. Arrepentido y como parte del retiro, va a confesarse, pero fuera de la escuela, pues se siente muy avergonzado por sus actos. Después de la confesión, aliviado, decide cambiar su modo de vida y comprometerse con la vida religiosa.
Su radical cambio consiste en acatar una por una todas las reglas a las que, según la Biblia, debe ceñirse el buen cristiano, y su penitencia por los pecados cometidos consiste en privar a sus sentidos y a su cuerpo de los placeres fundamentales. De esta manera, da en comer sólo lo necesario, nunca por placer, consumiendo además lo que le sea desagradable a manera de autocastigo; lleva a cabo prácticas similares con sus otros sentidos. Sin embargo, a pesar de sus intentos, lo martiriza saber que nunca va a poder librarse del todo de los pecados que comete. Mientras tanto, en su vida escolar también ha surgido un cambio, lo cual llama la atención del rector de Belvedere, quien decide instruirlo para que sirva a la iglesia, pero Stephen no muestra mucho interés en el tema. Tras esta conversación, después de pensarlo mucho, Stephen descubre la infelicidad que le depara esa vida llena de religiosidad, todo lo cual termina por parecerle absurdo, por lo que finalmente se aleja de la religión.
Pasa el tiempo, y la trama nos sitúa ahora en su vida universitaria. El Stephen universitario es persona más madura e instruida que comienza a descubrir sus dotes literarias. En esta etapa, es considerado un alumno "revolucionario", como le dice McCann, compañero de estudios con quien no comparte opiniones. Sus amistades más cercanas son Davin, Cranly y Lynch. El segundo será, de entre los tres, con quien mantiene mayor cercanía y confianza; le cuenta, por ejemplo, detalles de su relación con su madre, quien desea que acepte el servicio religioso, y cómo él se niega a complacerla. Con Lynch, más bien comparte experiencias intelectuales.
Stephen, celoso, deja de asistir a la clase de irlandés al descubrir a su amada coqueteando con el padre encargado del curso. Pero, aún enamorado, termina por aceptar aquel suceso para continuar adorándola en secreto. En este proceso decide definitivamente hacerse escritor. La novela culmina con unas páginas del diario de Stephen, escritas en primera persona, que recogen el proyecto de un viaje a París y la decisión de desarrollar sus facultades literarias, superando el retraimiento que lo mantenía anquilosado.

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