martes, 15 de septiembre de 2015

Sir Gawain y el Caballero Verde (Sir Gawain y el Caballero Verde)


Sir Gawain y el Caballero Verde (Sir Gawain and the Green Knight) es un romance caballeresco de finales del siglo XIV escrito en inglés medio. Es una de las mejor conocidas historias del rey Arturo y pertenece al tipo conocido como "juego de decapitación". El Caballero Verde es interpretado por algunos como una representación del Hombre Verde del folklore inglés y por otros como una alusión a Cristo. Escrito en estrofas de verso aliterativo, se inspira en cuentos galeses, irlandeses e ingleses, así como en la tradición caballeresca francesa. Es un poema importante dentro del género del romance, que implica típicamente a un héroe en una empresa que probará su valor. Ha permanecido como un texto popular hasta nuestros días en las transcripciones al inglés moderno hechas por J.R.R. Tolkien, Simon Armitage y otros, así como a través de adaptaciones al cine y al teatro.
El poema ha sobrevivido en un único manuscrito, el Cotton Nero A.x., que también incluye tres poemas narrativos religiosos: Pearl, Purity y Patience. Se piensa que todos fueron escritos por el mismo desconocido autor, posiblemente Cameron de Sutherland, apodado el "poeta de la Perla" o el "poeta de Gawain", ya que los cuatro fueron escritos en el dialecto del norte de West Midland del inglés medio.

En Camelot en el día de año nuevo, la corte del rey Arturo intecambia regalos y espera que empiece el banquete cuando el rey llama primero para ver u oír una excitante aventura.  En esto una figura gigantesca, de apariencia enteramente verde y cabalgando un caballo verde, entra inesperadamente en el salón. No lleva armadura pero lleva un hacha en una mano y una rama de acebo en la otra. Rechaza luchar con cualquiera allí o en los campos porque todos son demasiado débiles para hacerle frente, insiste que ha venido para un amistoso "juego nadiveño": alguien le golpeará una vez con su hacha bajo la condición de que el Caballero Verde pueda devolver el golpe dentro de un año y un día. La espléndida hacha pertenecerá a quienquiera que se atreva. El mismo Arturo está preparado para aceptar el desafío cuando parece que ningún caballero va a atreverse, pero Sir Gawain, el más joven de los caballeros de Arturo y sobrino suyo, pide el honor en su lugar. El gigante se inclina y desnuda su cuello ante él y Gawain se lo corta limpiamente de un solo golpe. Sin embargo, el Caballero Verde no cae ni desfallece, sino que recoge su cabeza cortada y vuelve a montar, sosteniendo su cabeza ensangrentada hacia la reina Guinevere mientras sus labios se retuercen recordando a Gawain que los dos deben encontrarse otra vez en la Capilla Verde. Luego se va cabalgando. Gawain y Arturo admiran el hacha, la levantan como trofeo y animan a Guinevere para que se tome todo el asunto a la ligera.

Cuando la fecha se acerca, Sir Gawain parte para encontrar la Capilla Verde y mantener su parte del trato. Se alude a muchas aventuras y batallas (pero no se las describe) hasta que Gawain llega a un espléndido castillo donde conoce a Bertilak de Hautdesert, el señor del castillo, y su hermosa esposa, que están complacidos de tener un huésped tan renombrado. También está presente una dama vieja y fea, sin nombre pero tratada con grandes honores por todos. Gawain les cuenta acerca de su cita de año nuevo en la Capilla Verde y que sólo le quedan unos pocos días para ello. Bertilak se ríe, explicando que la Capilla Verde está a menos de dos millas de allí y propone a Gawain quedarse en el castillo hasta entonces. Aliviado y agradecido, Gawain acepta. 

Antes de ir a cazar al día siguiene, Bertilak le propone un trato: él dará a Gawain todo lo que cace con la condición de que Gawain le dé todo lo que pueda ganar durante el día. Gawain acepta. Después de que Bertilak se ha ido, Lady Bertilak visita a Gawain en su dormitorio y se comporta seductoramente, pero a pesar de sus esfuerzos, él no le da más que un simple beso de mala gana para ofenderla. Cuando Bertilak vuelve y da a Gawain el ciervo que ha matado, su invitado le da un beso sin divulgar su origen. Al día siguiente la dama vuelve otra vez, Gawain detiene cortésmente sus insinuaciones y más tarde ese día hay un intercambio similar de un jabalí cazado por dos besos. Ella vuelve una vez más en la tercera mañana y esta vez ofrece a Gawain un anillo de oro como recuerdo. Él lo rechaza amable pero firmemente pero ella le ruega que al menos acepte su cinto, un ceñidor de seda verde y dorada. La dama le asegura que está encantado y que le guardará de todo mal físico. Tentado, porque por otra parte puede morir al día siguiente, Gawain lo acepta e intercambian tres besos. Al anochecer Bertilak vuelve con un zorro, que intercambia con Gawain por tres besos, pero Gawain no dice nada del cinto.

Al día siguiente, Gawain parte hacia la Capilla Verde con el cinto ceñido dos veces alrededor de su cintura. Encuentra al Caballero Verde afilando un hacha y, tal como lo prometió, Gawain inclina su cuello desnudo para recibir el golpe. A la primera oscilación del hacha Gawain se encoge ligeramente y el Caballero Verde le desprecia por ello. Avergonzado de sí mismo, a la próxima oscilación del hacha Gawain no se mueve, pero otra vez la fuerza del golpe es retenida. El caballero explica que estaba probando el valor de Gawain. Airadamente Gawain le dice que lance su golpe y así lo hace el caballero causando una ligera herida en el cuello de Gawain. El juego ha terminado. Gawain coge su espada, yelmo y escudo, pero el Caballero Verde riendo le revela que es el señor del castillo, Bertilak de Hautdesert, transformado por la magia. Explica que la aventura entera fue un truco de la "vieja dama" que Gawain vio en el castillo, que realmente es la hechicera Morgan le Fay, la hermana de Arturo, que quería probar a los caballeros del rey y asustar mortalmente a Guinevere. Gawain se siente avergonzado por haberse comportado engañosamente pero el Caballero Verde se ríe ante sus escrúpulos y los dos se separan cordialmente. Gawain vuelve a Camelot llevando el cinto como símbolo de su fracaso en mantener su promesa. Los caballeros de la Tabla Redonda le absuelven de cualquier reproche y deciden que de allí en adelante llevarán una faja verde en recuerdo de la aventura de Gawain.