jueves, 27 de septiembre de 2012

Los cachorros. Mario Vargas Llosa


Los cachorros es una novela breve del escritor peruano Mario Vargas Llosa, publicada en 1967.
No es fácil determinar el tema principal de esta novela breve. Se suele relacionar directamente con "La ciudad y los perros", por el argumento (la adolescencia y la juventud, los problemas de adaptación, la sociedad fiera que castiga al que no sigue sus reglas o cumple sus requisitos...). La novela muestra la falta de adaptación propiciada por algo insalvable, la castración física. Esta castración puede simbolizar esa falta de machismo en el personaje (Pichula Cuéllar), rasgo que caracteriza esta sociedad retratada. Cuéllar, sin embargo, nunca rechaza este machismo, sino que intenta adaptarse a él, aun sabiendo que no puede.
Puede tomarse, pues, como una crítica a la presión que la sociedad ejerce sobre el individuo diferente. La pandilla de amigos (que representa la sociedad), le aceptan, le toleran, pero cuando se hacen mayores y su rebeldía cesa, se apartan de él. Los padres del chico son también parte de esta sociedad. No facilitan el camino a su propio hijo, no le incitan a la autorreflexión, ni reflexionan ellos, tan solo se compadecen, e intentan ocultar el problema. Hay, entonces, también, una crítica personal muy fuerte, lo que realmente causa la infelicidad de Cuéllar: su malestar, su conducta, es su falta de reflexión y conocimiento de sí mismo. Cuéllar no se acepta, mantiene en completo silencio su problema, intenta seguir los cánones del grupo, que nunca podrá seguir plenamente por su castración.
Sólo hay un momento que permite ver una especie de pensamiento más profundo y de rebeldía frente al grupo, es el enamoramiento de Teresita. Con la llegada de la chica, Cuéllar siente cosas nuevas. Incluso aparecen nuevos intereses que desconciertan a sus amigos que piensan que quiere admirarla, hablando de “cosas raras y difíciles”  como la religión, la política, el espiritismo... Cuando el protagonista revela a sus amigos su amor por ella confiesa, casi inaudiblemente, que no quiere empezar una relación con la chica, porque no quiere luego dejarla. Pero no busca soluciones. Pronto, y ante la incomprensión del grupo rechaza sus primeros sentimientos, no encuentra una resolución que no sea el miedo, y vuelve a fracasar, lo que le provocará una caída cada vez más fuerte.

jueves, 20 de septiembre de 2012

Teoría de las ideologías. Eugenio Trías


Eugenio Trías (Barcelona, 1942) es un filósofo español. Es considerado, por buena parte de la crítica, el pensador de escritura castellana más importante desde Ortega y Gasset.
Licenciado en Filosofía por la Universidad de Barcelona en 1964, prosiguió sus estudios en Pamplona, Madrid, Bonn y Colonia. Desde 1965 fue profesor ayudante y luego profesor adjunto de Filosofía en las Universidades Central y Autónoma de Barcelona. En el curso académico 1972-73 se desplaza a Brasil y Argentina, en cuyas universidades imparte cursos y conferencias. En 1976 accede al puesto de profesor adjunto de Estética y Composición en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona. En 1986 obtiene la Cátedra de Filosofía en dicha facultad, en la que permanecerá hasta 1992. Ese año es nombrado profesor de Filosofía en la Facultad de Humanidades de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, donde continúa actualmente como catedrático de Historia de las Ideas.

Su concepción de la filosofía es unitaria y enciclopédica, ya que ha desplegado sus principales ideas en campos tan distintos como la ética, la reflexión cívico-política, la estética, la filosofía de la religión, la reflexión histórico-filosófica, la teoría del conocimiento y la ontología. Puede decirse que ha abordado prácticamente todos los campos por donde la filosofía puede desplegarse. Pero sus ámbitos preferenciales han sido, sobre todo, la filosofía del arte y la estética, por una parte; y, la filosofía de la religión. Si bien, ha intentado siempre que todo ello derivara de una concepción propia y personal de la filosofía, de orientación ontológica, que suele ser identificada y reconocida como «filosofía del límite» (sobre todo en su producción escrita y en su desarrollo docente a partir de mediados de los años ochenta). Muchos de sus libros se han convertido ya en referencias ineludibles de la filosofía española del último medio siglo. Obras suyas como Tratado de la pasión, Lo bello y lo siniestro, Los límites del mundo o La edad del espíritu se han constituido ya en obras clásicas del pensamiento filosófico de estos años. Su obra (de caracteres enciclopédicos) está considerada por la crítica como uno de los hitos filosóficos más relevantes del pensamiento español del siglo XX. Se ha ponderado por la crítica la relevancia que en su obra adquiere su escritura, su peculiar estilo (en el que el pensamiento filosófico se manifiesta portador de antenas poéticas de innegable valencia literaria). Su obra constituye, además de una muy relevante aportación al acervo filosófico español, un amplio despliegue textual y de escritura que va a quedar como uno de los más sólidos ejercicios de su generación en el terreno de la literatura filosófica, o de la escritura que se orienta hacia el conocimiento. Tiene publicados más de treinta libros algunos de los cuales han alcanzado varias ediciones en España y el extranjero.



En la Teoría de las ideologías (1970) se advierten dos de las corrientes de pensamiento que más han influido en la formación filosófica de su autor: el marxismo y el estructuralismo. Constituye un intento de revitalizar la tradición teórica del marxismo mediante una revisión a fondo de uno de sus puntos clave: la teoría de las ideologías. El lector encontrará asimismo un conjunto de discusiones con los principales representantes de la «sociología del conocimiento», así como con algunas de las tendencias del marxismo de mayor empuje, como la que representó Althusser.

martes, 18 de septiembre de 2012

Historias de cronopios y de famas. Julio Cortázar


Historias de cronopios y de famas (1962) es un peculiar e inclasificable libro que, estructurado en cuatro partes (Manual de instrucciones, Ocupaciones raras, Material plástico e Historias de cronopios y de famas), ofrece en palabras de Alberto Cousté una suerte de ética, disfrazada por el humor y protegida de la solemnidad por la ternura . En esta obra, Cortázar alterna el relato breve, la viñeta y el ensayo lírico.
Cortázar utiliza por primera vez el término "cronopio" en 1952, en una crónica a un concierto de Louis Amstrong (posteriormente incluida en La vuelta al día en ochenta mundos) que titula "Louis, enormísimo cronopio". Es en ese mismo año cuando la presencia de los "cronopios" se le imponen casi sin buscarlo:
En 1952, yo estaba en París y fui a un concierto en "Les Champs Elisées" de homenaje a Igor Stravinsky. Me sentía muy conmovido viendo a Stravinsky dirigiendo la orquesta y a Jean Cocteau recitando una de las obras.
En el entreacto, todo el mundo salió a tomar café. Yo no tuve ganas de salir y me quedé completamente solo en ese inmenso teatro y, de golpe, tuve la sensación de que había en el aire personajes indefinibles, una especie de globos que yo veía de color verde, muy cómicos, muy divertidos y muy amigos, que andaban por ahí circulando. Inmediatamente supe que su nombre era "cronopios".

Historias de cronopios y de famas ofrecen una suerte de taxonomía humorística y sui géneris del género humano. Cortázar la explica así:
Empecé a escribir sin saber cómo eran. Luego tomaron un aspecto relativamente humano, con esas conductas especiales de los cronopios, que son un poco la conducta del poeta, del asocial, del hombre que vive un poco al margen de las cosas.
Frente a ellos están los famas: grandes gerentes de los bancos, presidentes de las repúblicas, la gente formal que defiende el orden.

Las esperanzas son personajes intermedios, que están un poco a mitad del camino, sometidas, según las circunstancias, a las influencias de los famas o de los cronopios.

Todas las aventuras que les suceden dependen de la psicología de cada uno de ellos.

Las Historias de cronopios y de famas son una sucesión de situaciones descabelladas, instántaneas de humor surrealista que socavan el racionalismo trivial y mecanizado. Según Jaime Alazraky, situaciones límite que ilustran el principio patafísico de Alfred Jarry, según el cual lo verdaderamente importante no son las leyes, sino las excepciones .

En Historias de cronopios y de famas, Cortázar expresa su rebeldía contra los objetos y personas que constituyen nuestra vida cotidiana y nuestra mecánica manera de relacionarnos con ella.